Mateo 23:3 así que, todo lo que os dijeren que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras: porque dicen, y no hacen.
Es aquella doctrina que vive la iglesia, que puede coincidir o no con su declaración doctrinal escrita.
Todos sabemos que es una «declaración doctrinal» de una iglesia, o sea un conjunto sentencias basadas en la Biblia, que sintetizan la creencia de la misma, así como muchos de sus aspectos prácticos.
Hay antiguas confesiones de fe que emergen desde el tiempo de la reforma, y que sintetizan los llamados fundamentos de la fe.
Estas, a lo largo del tiempo. han sufrido recortes o agregados de acuerdo a visiones particulares de un grupo o denominaciones eclesiales.
Partiendo de la base que una iglesia o grupo de iglesias que tienen una declaración de fe sana en doctrina (el que lee entienda) hay un segundo aspecto a considerar: la doctrina-ambiente.
La doctrina-ambiente es algo así como el «tipo de aire que se respira» en el ambiente eclesial.
Es una doctrina, un conjunto de enseñanzas y prácticas que subyacen en la conducta de los creyentes de dicho ambiente.
Sin darse cuenta, los creyentes, se ven influenciados muchas veces por la doctrina-ambiente más que por cualquier enseñanza en forma escrita.
Si la doctrina-ambiente es sana, es decir coincide de una manera coherente con los enunciados de la Palabra de Dios, que se fijan en la declaración doctrinal escrita, nos encontramos ante una iglesia o comunión de iglesias sanas en la fe.
Ahora, si la doctrina-ambiente se parece muy poco a los enunciados que se dicen sostener, allí hay un grave problema, y nos encontramos con una iglesia enferma.
Esta es la misma denuncia que Jesús les hace a los fariseos y escribas que se «sentaron sobre la cátedra de Moisés» es decir, que no solamente partieron de una base bíblica, sino que hay una ironía en la frase, que denota que hicieron alarde, digamos, de su «posición doctrinal».
¿Ahora la doctrina-ambiente de los fariseos y escribas, era un poco diferente a su declaración de fe no le parece?
NO LES GUSTABA VIVIR LA BIBLIA SINO SOLO ENSEÑARLA
Mat 23:4 Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; mas ni aun con su dedo las quieren mover.
SU OBJETIVO ERA DARSE ÍNFULAS SANTIFICADAS DELANTE DE LOS DEMÁS
Mat 23:5 Antes, todas sus obras hacen para ser mirados de los hombres; porque ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos;
AMABAN TENER EL PRIMER LUGAR EN TODO
Mat 23:6 Y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas;
AMABAN SER HOMBRES DE RENOMBRE
Mat 23:7 Y las salutaciones en las plazas, y ser llamados de los hombres Rabbí, Rabbí.
En resumen, como dijo el Señor: dicen y no hacen.
De la misma manera, muchas iglesias sanas en doctrina en un pasado han entrado a este siglo XXI con una doctrina-ambiente corrompida por el hombre.
Su declaración doctrinal en papel no ha cambiado, pero su práctica muchas veces atenta contra su misma creencia por comisión u omisión.
Los fariseos con una «sana doctrina» en sus manos conformaron una de las sectas más dañinas de los tiempos de Jesús.
No es de extrañarnos que la historia se repita hoy.
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