¿Adoración contemporánea o tradicional? ¿Blanco o negro?

¿Adoración contemporánea o tradicional? ¿Blanco o negro?

Antes de que dediques tiempo a leer este artículo, quiero especificar que lo abordaré desde la perspectiva de un cristiano bautista reformado (calvinista). No trataré temas relacionados con cantautores asociados al carismatismo, como Jesús Adrián Romero o Marcos Witt, quienes quedan excluidos de este análisis.

Este escrito está dirigido a iglesias con una soteriología calvinista y, preferiblemente, una doctrina confesional histórica. Para los reformados, la adoración no se limita a «cantar», sino que abarca todas las partes del culto de adoración. Sin embargo, mi enfoque principal será el canto congregacional y la música. Quiero aclarar a mis amigos que esto no debe ser motivo de división ni de ruptura de lazos de comunión, tanto para los conservadores como para aquellos de tendencia contemporánea. Considérenlo como la opinión personal de un pastor reformado con conocimientos musicales, pero nada más allá de eso. Si estás de acuerdo o no, que Dios te bendiga igualmente. Solo te pido que leas estas líneas con un espíritu crítico-constructivo y con amor cristiano.

BLANCO O NEGRO ¿LOS GRISES DEBEN MORIR?

Recientemente he observado una discusión en redes sociales sobre el tipo de música utilizado en la iglesia. Parece que si eres contemporáneo, no puedes ser tradicional y viceversa; si cantas del himnario de hace 200 años o de todas las canciones de Sovereign Grace, ¿es allí donde se centra el debate? Sin ser un experto en la teoría de la relatividad y sin creer en los viajes en el tiempo, es obvio que lo que hoy consideramos tradicional fue alguna vez contemporáneo (2 + 2 = 4). Una de mis grandes alegrías en este tema tan debatido fue descubrir el material de 9Marks de una iglesia saludable, en particular el libro «La iglesia deliberante» de Mark Dever y Paul Alexander. Después de pasar casi 14 años en un fundamentalismo amargo que no crecía en adoración, y de sentirme horrorizado por la adoración pentecostal, descubrí por la gracia de Dios las «doctrinas de la gracia» y me pregunté: ¿Cómo será la adoración en la «Nueva Reforma»? Un día encontré la postura bíblica de adoración del ministerio 9Marks, y pensé: ¡Por fin alguien aborda el tema de la música en la iglesia de manera equilibrada! Al encontrar este material y ver a muchas iglesias y pastores que lo compartían, pensé: ¡Bien, vamos a ver iglesias con una adoración bíblica, Cristo-céntrica, animada, fervorosa, solemne y diferente a los estereotipos pentecostales!

Sin embargo, la realidad del mundo «reformado» me atropelló como un tren. No era lo que esperaba. Veo en muchos de mis hermanos los mismos estereotipos carismáticos, solo que con letras más bíblicas. ¿Ignorancia? ¿Rebeldía? ¿Inocencia? ¿Un proceso lento? ¿Convicción? Quizás esta mezcla sea aún extraña para muchos, pero se puede mejorar, si hay humildad y determinación.

 

LA ADORACIÓN BÍBLICA, UNA DE LAS MARCAS DE UNA IGLESIA SALUDABLE

Veo a cientos de personas dando «Me gusta» a las 9Marcas, pero sus cultos de adoración muestran una realidad distinta a la propuesta por este movimiento surgido en la nueva Reforma. Algunos podrán decir que su iglesia no se identifica ni con la declaración de Westminster ni con la Confesión Bautista de 1689; ¡perfecto, no hay problema! ¿Crees en las doctrinas de la gracia? ¿Deseas que tu iglesia se adhiera más a la Biblia? Al menos, espero que hayas tenido la oportunidad de leer material de 9Marcas. Los puntos que discutiré a continuación se extraen del libro mencionado, «La iglesia deliberante», especialmente del capítulo 12.

Características del canto congregacional (según 9Marcas)

  • La adoración no se trata de agradar a las personases renovar nuestro pacto con Dios al reunirnos en su nombre.
  • No es el «buscador de incrédulos» (hacer la alabanza llamativa para “captar” gente).
  • La adoración no es algo que debemos hacer como espectadores (ante una banda de música).
  • La adoración es participativa; la congregación debe escucharse a sí misma…
  • Las interpretaciones por solistas, y aun por coros, puede tener un efecto involuntario de socavar la naturaleza congregacional y participativa de nuestra adoración musical.
  • Estaríamos equivocados, en animar a las personas a pensar en la adoración congregacional, en términos de desconectarse del resto de la congregación para tener una experiencia emocional privada con Dios.
  • Una música acorde a las letras: Simplemente, no tiene sentido cantar cantos si las letras nos están diciendo una cosa y la música está diciendo otra. Así pues, necesitamos comenzar con el entendimiento de que la música está diseñada para complementar las letras, no para contradecirlas.
  • Instrumentos escasos, ligeramente amplificados: Estamos persuadidos, sin embargo, que los instrumentos escasos y ligeramente amplificados, con líderes discretos, es lo mejor para la reunión de adoración congregacional semanal. La principal razón es que los instrumentos silenciosos permiten a la congregación escucharse a sí mismos cantar, dando a las letras el escenario central y animando a la congregación a cantar más fuerte.
  • Los líderes son humildes. Muchos de nosotros han estado en iglesias donde el líder musical utiliza movimientos de mano extravagantes, lenguaje corporal, o aun expresiones faciales. Los vocalistas, quienes son intencionalmente humildes, sirven bien a la congregación sacándose fuera de foco con el propósito de que nuestra atención no este dirigida hacia ellos. Puede hacer esto diciendo solo algunas palabras, minimizando ademanes, o haciéndose a un lado, o aun retirándose de la plataforma totalmente.

 

AUTOCRÍTICA (ES REFORMADO, SIEMPRE REFORMÁNDOSE)

No existe tal concepto como «pentecostales reformados». Desde el momento en que alguien se identifica como «reformado», automáticamente deja de ser «pentecostal». La distinción es clara: la Reforma representa la doctrina histórica de la iglesia, mientras que el pentecostalismo implica un abandono de esta doctrina histórica a partir del año 1900. Comparar la Reforma con un viejo auto no es adecuado; no es simplemente añadir faros anti-niebla y luces de neón a un motor fundido. Si el auto que conduces es carismático, debes dejarlo y cambiar al nuevo coche del calvinismo. Este nuevo vehículo te permite «reformar» partiendo de un motor impulsado por el evangelio (doctrinas de la gracia), complementado con los accesorios de la eclesiología histórica que detallan las confesiones de fe.

La herencia de la influencia carismática en la música es algo difícil de deshacer, pero no imposible. Algunos consejos que se desprenden de lo ya expuesto:

  1. ¿Estás pensando en expandir la banda de músicos, mejorar la iluminación o elevar la calidad del sonido para atraer a más gente? Olvídate, eso no es reforma, sino el antiguo pragmatismo carismático. Si los músicos están en una plataforma elevada, bájalos y colócalos a un costado para minimizar su protagonismo. Deja que el púlpito y la Palabra de Dios ocupen el centro de la plataforma.
  2. Si tienes un «pastor de adoración», considera eliminar ese título. Según 1 Timoteo 3 y Tito, el pastor (obispo) debe cumplir con numerosos requisitos morales y ser «apto para enseñar» (lo cual implica predicar, no liderar el canto). La figura del «pastor de adoración» no existe en las Escrituras.
  3. ¿Tu «líder de adoración» acapara demasiada atención? Es importante hacerle entender que no se trata de él, sino de una congregación que adora a su Dios. Recuérdale que no es un animador de espectáculos, sino alguien con la solemne tarea de guiar a la congregación en el canto, con Dios como el principal foco, no su «arrolladora personalidad».
  4. ¿Se escucha a la congregación cuando canta? Si los hermanos no pueden oír ni sus propios pensamientos, es hora de revisar tu consola de amplificación.
  5. ¿Te preocupa que estos cambios puedan afectar el nivel de membresía? Recuerda que las ovejas del Señor son retenidas por la voz del Pastor, no por trucos musicales.

 

Finalizo con otro extracto del libro de la Iglesia Deliberante, enfocado a los pastores:

Nosotros, como pastores y líderes, guiamos a nuestras congregaciones a pensar en la adoración congregacional en una manera en particular solo por como la estructuramos y la guiamos. Un objetivo importante, de la iglesia deliberante, es asegurarse que todo lo que sucede al frente sea deliberadamente fiel a la intención de la Escritura, y bueno para el bienestar y crecimiento de la iglesia. La implicación, entonces, es que el pastor, como el maestro bíblico principal y el predicador reconocido por la iglesia, es finalmente responsable de todo lo que se predica, se ore, se lea, se cante y se vea en las reuniones públicas de adoración. Siendo este el caso, el pastor es el único quien es finalmente responsable de ser deliberante en decidir que se acepta y que se rechaza.

La música en la iglesia es una responsabilidad pastoral y no sólo de las personas que tienen una buena voz o tocan algún instrumento. Introducir canciones no apropiadas en la iglesia es como permitir que se introduzcan falsas doctrinas.

Alejandro Riff