Glorificando a Dios con nuestra ortografía (5 consejos útiles)

Glorificando a Dios con nuestra ortografía (5 consejos útiles)

La Biblia nos dice que toda nuestra vida y todo lo que hacemos debe ser para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31). Dado que escribir es una parte muy importante de nuestra vida, debemos prestar atención a nuestra ortografía, sobre todo a la hora de escribir acerca de las cosas de Dios.

En un mundo de dispositivos móviles y comunicaciones aceleradas, se permiten mensajes de texto tales como: «TKM BSS SALU2» («te quiero mucho, besos y saludos»).  ¡Ahorrar caracteres es ahorrar tiempo! Es así que también en nuestros escritos públicos, en redes sociales u de otro tipo, tenemos esta tendencia de ahorrar letras y puntuación o de usar letras indebidas. Las tildes, las comas, los dos puntos, los signos de exclamación e interrogación, son pasados por alto.  Se ven frases como: «ke dios te vendiga» en vez de «¡Que Dios te bendiga!«. No sólo es la mala ortografía el problema, sino también tomar el nombre de Dios en vano al escribirlo con minúscula. Cuando en la Biblia encontramos «dios» con minúscula, siempre se refiere a un ídolo. Demás está decir que los nombres propios requieren mayúscula. Debe ser: «Jesús» y no «jesús», «Cristo» y  no «cristo» etc.

Alguno se preguntará si esto es importante para aplicarlo al cristiano común. Otro dirá que no necesariamente somos profesores de lengua y literatura. Pero déjame decirte que sencillos pescadores del mar de Galilea (que anduvieron con Jesús), escribieron  algunos libros del Nuevo Testamento. La opinión que las autoridades romanas y los ancianos de Israel tenían respecto a los apóstoles Pedro y Juan era la siguiente:

Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras e ignorantes, se maravillaban; y reconocían que ellos habían estado con Jesús. (Hechos 4:13)

Estos pescadores no tuvieron el privilegio del apóstol Pablo de ser instruido en una carrera «tipo universitaria» a los pies de Gamaliel (Hechos 22:3), sino que eran hombre iletrados, pues la tarea de pescar peces no requería mas que conocimientos rudimentarios de navegación y remendar redes. Pero cuando Cristo los llamó a ser «pescadores de hombres» (Mateo 4:19), ellos tuvieron un ideal más sublime. ¿Se habrían imaginado Pedro y Juan que iban a escribir epístolas y hasta un evangelio que formara parte del canon bíblico? Lo cierto es que el Maestro les enseñó sabiduría. En el ministerio terrenal de Jesús ellos se familiarizaron con las Escrituras como nunca antes en su vida, y es muy posible que hayan mejorado su gramática y ortografía en ese tiempo y a lo largo de los años posteriores, pues comunicar el evangelio por escrito les era una necesidad impuesta.

¡Sea cual sea nuestra instrucción previa, si deseamos comunicar el evangelio por escrito necesitamos una buena ortografía! Muchas veces nuestras faltas de ortografía pueden convertirse en una distracción llamativa para la persona que lee nuestro mensaje evangelístico. Por supuesto que Dios puede utilizar en su soberanía tu escrito con o sin errores de ortografía, pero coincidamos que será más glorificado cuando mejor sea nuestra forma de escribir. Recuerda que Dios nos dejó su Palabra escrita para que recibiéramos el mensaje de su glorioso evangelio.

A continuación te doy cinco consejos que yo mismo he usado para mejorar mi ortografía:

  1. Asume que es una prioridad escribir bien
    No solo te servirá para todos los ámbitos de la vida, sino también para comunicar mejor el evangelio. La negación a esto como que «no es tan importante«, «Dios mira mis intenciones«, «no he tenido los estudios necesarios«, son argumentos para desviarnos de una responsabilidad (recuerda la historia de Pedro y Juan, escritores notables del Nuevo Testamento).
  2. Asume que debes aprender
    Nadie nace sabiendo, en especial escribiendo, ¡se aprende! Puedes comenzar estudiando cuáles son las reglas ortográficas de la Real Academia Española.  Luego, cuando tienes dudas, puedes ayudarte consultando un diccionario para ver cómo se escribe determinada palabra. También los editores de texto (como Word) pueden ayudarte cuando tienen la opción «auto-corrección» activada. Incluso algunas redes sociales y servidores de  e-mail te marcan en rojo cuando cometes algún error de ortografía.
  3. Lee la Biblia asiduamente
    Muchas personas comenten errores al escribir porque leen poco y de esta forma no están familiarizadas con la morfología (forma) de las palabras. La Palabra de Dios es un alto y rico estándar lingüístico que nos ayudará a mejorar nuestra ortografía, (e incluso gramática),  a través de su asidua lectura.
  4. Pide ayuda a otras personas
    Si conoces a personas que escriben bien, pídeles ayuda de vez en cuando, no te hará ningún mal (más que sacrificar cierta parte de tu orgullo), ¡yo también lucho con ello! Si estas personas son cristianas, mucho mejor. Sabemos que somos pecadores imperfectos por donde se nos mire, pero como hermanos en Cristo podemos ayudarnos a servir mejor al Señor en muchas áreas de nuestra vida, incluso en el área de escritura. En las escuelas del pasado (un tanto remoto) la gente aprendía a leer… ¡Leyendo justamente la Biblia!
  5. El ejemplo del pueblo de Dios
    Dios le dijo a Israel, respecto a sus palabras: «las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas«. La escritura hebrea no tenía vocales en aquel entonces, pero sí tenía una ortografía definida por medio de consonantes. Las palabras de Dios estaban en la vida cotidiana del pueblo, era un hecho. Las Escrituras también tenían que ser copiadas meticulosamente por los escribas para tener copias en el templo. La escritura era algo prioritario en Israel a diferencia de otros pueblos paganos. Para la iglesia de hoy también lo es. El mundo degrada su vocabulario día a día, pero los cristianos deben esforzarse en tener un correcto vocabulario y escritura, no para lucirnos nosotros mismos, sino como una forma de buscar la gloria de Dios en este aspecto, recordando que Dios nos ha dado Su Palabra escrita.

 

Y escribirás en las piedras todas las palabras de esta ley muy claramente. (Deuteronomio 27:8)

Alejandro Riff