¿Tienes que pagar por escuchar el evangelio?

¿Tienes que pagar por escuchar el evangelio?

 

2da Pedro 2:3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas; sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se duerme.

Es una realidad para muchas personas que asisten a una iglesia, que al pensar en el culto del próximo domingo empiecen a tocar sus billeteras y surja esa voz interior que dice: “tengo que ir a la iglesia y tengo que ofrendar”. Entonces la persona entra en una gran preocupación, para ver cómo conseguir dinero para ir al culto. El sistema de ofrendas se ha hecho tan perverso en muchas iglesias, que hacen una presión constante e insistente sobres las personas, al punto de exponer delante de la congregación a quien no dé ofrenda, diezmo o “pacte con Dios”. Algo así como que si no das lo que piden, pasas a la lista de “las ovejas rebeldes que no se comprometen con Dios”. Si le preguntáramos a estas iglesias y pastores que tienen un sistema de “presión por las ofrendas”:  ¿Ustedes cobran por predicar el evangelio? Por lo general se ofenderían y dirían que no, que eso sería algo bajo y deshonroso. Te dirán: ¡Nosotros predicamos el evangelio de forma gratuita!  ¿Será así realmente la situación? Veamos algunas pautas bíblicas para detectar esto.

Diferenciando los propósitos y la forma de ofrendar

Sabemos por la Biblia que la ofrenda y la colaboración al ministerio es algo que se daba por supuesto en la iglesia primitiva. En 1 Corintios 16:2 se nos habla de la “colecta” que hacían en esa congregación, (o congregaciones de la ciudad de Corinto), el primer día de la semana. Los lobos rapaces  de nuestros días que devoran el ganado (Hechos 20:29), toman este versículo y dicen: “¡Ven, ven, eso de ofrendar es bíblico!”. A esto respondemos: Sí, es bíblico ofrendar, ¿pero cuál es el propósito y la forma de hacerlo? Analizando este texto nos encontramos con esta expresión: “dar… según haya prosperado”. La palabra “según”, introduce una condición en la frase. Podría también traducirse como “conforme haya prosperado” o “de acuerdo haya prosperado”. La idea no es dar en forma extorsiva lo que uno no tiene, ni tampoco dar lo que le sobra, lo correcto es dar “según haya prosperado”.  Otro texto de la Biblia que viene en auxilio de la ofrenda libre, (no forzada) es:

2da Corintios 9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, o por necesidad; porque Dios ama el dador alegre.

Cuando la Biblia dice “dar por necesidad”, significa no dar por una obligación impuesta por la iglesia o el pastor. De otra forma no sería “dar como propones en tu corazón”, sino que estás dando como “otro lo propone”. Es muy claro en el Nuevo Testamento que el propósito de ofrendar tenía fines como:

  • Ayudar a hermanos/iglesias sin recursos (2 Corintios 8: 3- 4)
  • Ayudar a mantener a los que predican el evangelio (1 Corintios 9:14)
  • Ocuparse de personas desvalidas de la congregación (Santiago 1:27)

La ofrenda neotestamentaria es libre, voluntaria y de ayuda a personas y al ministerio de la predicación.


¿Así que no se cobra por predicar?

Simulación de un “ministerio” (sacado de la vida real).
1) Reunión del domingo, uno o dos cantos y dicen desde el púlpito: “vamos a pasar ofrenda” (no tiene nada de malo en ello, decimos). 2) Luego de algunas alabanzas  y presentaciones musicales dicen:  vamos a entregar nuestros diezmos al Señor  (bueno, dirá alguno, yo puedo dar el diezmo). 3) Luego de la predicación te piden “que selles el mensaje” con otra ofrenda más. 4) En una reunión entre semana, tienes que pagar el desayuno, los materiales, y una ofrenda especial al líder de célula (típico del sistema G12). 5) En el caso que no hayas puesto tu diezmo (con nombre y apellido) el domingo anterior, alguien te puede llamar por teléfono o golpear a tu puerta en la semana “recordándote amablemente” que debes comprometerme con la causa del evangelio. 8) El domingo siguiente, llega un predicador visitante, generalmente con “el título” de apóstol o profeta, y por supuesto se recolecta una ofrenda especial, porque dicen: “no fue fácil traerlo/a”. 9) El més próximo está el concierto musical del salmista/cantante X donde tiene un “piso mínimo” que cobra para enseñarte a alabar a Dios (porque al parecer, ya tu no puedes adorar a Dios en Espíritu y en verdad por tu cuenta). 10) Aunque en la congregación haya gente que pasa necesidad extrema, te dicen que debes hacer una ofrenda especial para el nuevo equipo de sonido e iluminación (pues para Dios, dicen, siempre se da lo mejor). En fin podemos seguir con la lista donde todo y cada cosa de la iglesia está “monetizado”.

 Por supuesto, que hay iglesia sanas que organizan congresos, seminarios, y encuentros en donde debes pagar algo por el material y los gastos de estructura, desplazamiento y alojamiento del predicador etc. Nunca las reuniones o congresos de las iglesias sanas en doctrina serán bajo una persecución o sugestión sicológica de ofrendar. No habrá un énfasis desmedido en dar por dar, en la causa de Dios. Los buenos pastores se preocuparán por alimentar al rebaño con la Palabra de Dios, antes que despojar económicamente a su congregación.

Si vas a una iglesia donde la presión constante son las ofrendas y tu vida empieza a girar en torno al temor y al compromiso de dar por miedo al castigo de Dios, queremos decirte que esos no son parámetros bíblicos para ofrendar. La ofrenda que nos enseña la Biblia es voluntaria, y dar nace de un corazón agradecido a Dios antes que de una presión externa. Las ofrendas son muy necesarias en la obra, pero su fin no es enriquecer a los líderes, costear una vida lujosa, proporcionarles las mejores casas y autos o edificar un lujoso edificio que equipare las exigencias de su ego. Un verdadero siervo del Señor, aunque tenga pequeñas o grandes entradas de ofrendas, vivirá siempre humildemente como su Maestro, Jesucristo. Irá hasta lo último de la tierra predicando el precioso evangelio y no exigiendo diezmos.

¿Te están cobrando en tu iglesia por predicarte el evangelio? Si es así, muy pronto te darás cuenta que lo que se te predica tampoco es el evangelio. En la Palabra de Dios, La Biblia, siempre tendrás las respuestas para ser libre de esta manipulaciones de los hombres.

Alejandro Riff