Distintas enfermedades nos aquejan a menudo.Hay personas que rara vez se las ven enfermas y por lo general gozan de buena salud, en cambio, otras tienen que cargar con dolores toda su vida.
Y más terrible aún es cuando se posee una enfermedad mortal, en la cual quedan muy pocas esperanzas de recuperación ¡que cosa no daríamos para lograr nuestra buena salud o la de un ser querido!
Recorrer la sala de un hospital nos llena de tristeza e impotencia.
El versículo de la Biblia presentado al comienzo nos dice:y por su llaga fuimos nosotros curados.
¿Qué significa esto? ¿Curados de qué? ¿Por quién? ¿De qué forma?
LA PEOR DE LAS ENFERMEDADES
Esta nada tiene que ver con el cuerpo, sino que es más peligrosa aún: ES DEL ALMA.
Muertos en nuestros delitos y pecados.( Efesios 2:1)
Me dirás: -Este no es mi caso, yo soy una persona de muy buen corazón, y no hago mal a nadie, ¡No soy un enfermo!Dios te dice : Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa ilesa, sino herida, hinchazón y podrida llaga. (Isaías 1:5-6)
- BOFETADAS EN SU ROSTRO (Mateo 26:67)
- AZOTES EN SU CUERPO ( Juan 19:1)
- CORONA DE ESPINAS (Juan 19:2)
- LE GOLPEABAN CON UNA CAÑA EN SU CABEZA (Mateo 27:30)
- SUS MANOS Y SU PIES FUERON TRASPASADOS POR LOS CLAVOS AL SER CRUCIFICADO (Lucas 23:33)
- SU COSTADO FUE ABIERTO CON UNA LANZA (Juan 19:34)
Cristo dice: Mírad a mí y sed salvos.Mira esas heridas, no con la indiferencia propia de quien contempla un simple cuadro, sino con la atención que merece el HIJO DE DIOS CRUCIFICADO POR TI.
Cuantos pintores han querido retratar esos momentos de agonía, en que el Salvador sufría, pero jamás podrán hacer patente tan gran historia del amor de Dios. Dijo un poeta: Si todo el mar fuera tinta, y el cielo entero un papel, y cada hombre un pincel, no alcanzaría para escribir, lo grande del amor de Dios.
EL CAUSANTE DE LAS HERIDAS
- No fue Judas que lo entregó hipócritamente con un beso.
- No fue Pilato que dejó que lo condenaran “lavándose sus manos”.
- No fueron los judios que gritaban ¡CRUCIFÍCALE!
- No fueron los soldados romanos que lo clavaron vivo.
1Pedro 2:24 El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero.EL PODER DEL REMEDIO
Si no reconoces tu enfermedad él no podrá sanarte. No hay remedio para los sanos. Cristo no murió en la cruz por los indiferentes, que si bien lo contemplan con lástima, no encuentran en él, el significado de que ahí está el remedio para sus vidas.
Mirar a Cristo en la cruz sin reconocer su sacrificio a favor de uno, es lo mismo que contemplar un remedio sin tomarlo. Quien proceda de esta manera tenga por seguro que seguirá enfermo y morirá en sus pecados.
Por el contrario, quién reconoce su estado enfermo y perdido puede decir con todo gozo:
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