¿POR QUÉ SOMOS AFLIGIDOS POR DIOS?

¿POR QUÉ SOMOS AFLIGIDOS POR DIOS?

Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. (Deuteronomio 8:3)

¿Cuál es el origen de las aflicciones? La gente que no conoce a Dios dice: «son cosas de la vida«, o para hacerlo más impersonal: «es el destino» (como si se tratara de algún ente místico que gobierna las cosas). Otros atribuyen las aflicciones a la obra del Diablo. Otros opinan que es causa de algún pecado. Pero si conocemos más de la soberanía de Dios, como creyentes en Cristo sabemos que nada escapa a su voluntad. Notar los verbos en este versículo: «te afligió, te hizo tener hambre…» pero también dice: «te sustentó«. Vemos que la prueba es una iniciativa de Dios tanto como la salida a la misma.

Hace poco tuve un episodio médico (no de gravedad, pero sí de incertidumbre). Mi esposa recibía múltiples mensajes por teléfono y la redes sociales de aquellos que nos conocen y se preocupan. Notamos con mi esposa que había una frase recurrente por personas cristianas de distintos lugares y culturas que decían: «Dios está en control».

Recuerdo haber predicado muchas veces sobre el control de Dios y recordar textos acerca de que «ningún pajarito cae a la tierra (muere) sin que Dios lo quiera» (Mateo 10:29). Pero en las horas de incertidumbre, donde todos los sucesos se agitan, donde no hay tiempo de pensar ni reaccionar se nos nubla esta visión de la soberanía de Dios, y es bueno que otros cristianos nos hagan recordar: Dios está en control… Dios está en control de todas las cosas.

Dios está en control de todo los que nos pasa, y dentro de ese control también tiene sabios propósitos con nosotros. Siempre somos dados a pensar que las aflicciones son  algún tipo de «mal entendido de Dios hacia nosotros», algo así como: ¡Esto no debería pasarme! ¿Por qué a mí?  ¿Acaso no hay otras personas pecadoras que necesitan ser probadas más que yo?

Veamos en la Biblia cómo Dios afligió a su pueblo Israel y le hizo tener hambre, y lo hizo por sabias razones.

1) PARA AFIANZAR LA DEPENDENCIA CONTINUA DE DIOS
El maná caía cada día, no podían guardarlo como reservas, sino que cada mañana (a excepción del día de reposo) tenían que recogerlo como una muestra del sustento diario de Dios.

2) PARA ENTENDER QUE LA VIDA TIENE UN FIN MAS ELEVADO Y ESPIRITUAL
No solo de pán vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Dios”. Estas fue la contestación de Jesús dada al Diablo en Mateo 4:4. Y que es tomada de este pasaje de Deuteronomio. No solamente el mundo, sino aún muchas iglesias creen erradamente que la prosperidad material es un signo de la gracia de Dios. Por el contrario, muchas veces Dios nos hace pasar necesidades para mostrarnos luego su gracia, para que realmente pensemos en el estado de nuestra alma.

Muchas personas al pasar por momentos difíciles de tristeza y necesidad, despiertan a la necesidad principal: La necesidad de Cristo. Hacernos pasar por un desierto sin agua y pan es el método de Dios para despertar la necesidad espiritual de su pueblo acerca de Él. A su tiempo Él hará brotar agua de la roca (Números 20:11) y hará caer pan del cielo, y esto son símbolos de Jesús:

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente. (Juan 6:53 al 58)

 

No nos equivoquemos. Ser afligidos no evidencia la falta de bendición de Dios sobre nuestra vida, sino que puede ser parte de su proceso para mostrarnos más de su gracia. Nos hará “tener hambre” a propósito para que podamos ser saciados por Él. Y de esta forma, nuestra fe en Dios se verá fortalecida, cuando pasemos tomados de su mano por las aflicciones que Él prepara para sus hijos.

…si es necesario, seáis afligidos con diversas pruebas, para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro que perece, aunque sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando Jesucristo sea manifestado. (1 Pedro 1:6 y 7)

Alejandro Riff