Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salvación. (Romanos 10: 9 y 10)
Muchos predicadores han tomado este versículo fuera de contexto, y han hecho errar a muchos en el verdadero camino de salvación, pues tomaron que la misma depende de una «oración del pecador», una pronunciación de palabras solamente antes que una experiencia interna que parte de la predicación del evangelio y LA EXPOSICIÓN CLARA DE LAS ESCRITURAS.
¿Que es tomar una «verdadera decisión de fe en Cristo», la cual salva nuestra alma?
Muchos creen que la mera formulación de palabras, acompañadas por un poco de emoción, basta para ser salvos.
¿Es realmente así como funciona el evangelio?
Si la salvación en Cristo, solo fuera «confesar con nuestra boca», muchos serían los salvados, pero he aquí que la Palabra de Dios (en el versículo mencionado), nos dice algo más «que confesar» nos dice además: Y CREYERES EN TU CORAZÓN.
Pero ese «creer» no es una cuestión de repetir oraciones sino de una obra interna del Espíritu Santo que nace de la predicación bíblica.
Muchos dicen: «Señor Jesús te acepto como mi salvador»
Pero sin embargo, no creen con el corazón, que son pecadores perdidos que necesitan implorar el perdón de Dios.
Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón lejos está de mí. (Mateo 15:8)
Muchos dicen: «Señor Jesús te acepto como mi salvador»
Llamándolo «Señor» pero sin poner su vida bajo su señorío en humillación.
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. (Mateo 7:21)
Muchos dicen: «Señor Jesús te acepto como mi salvador»
Simplemente, porque le dicen que repita la frase mecánicamente, pero que no entendió, o no le explicaron en qué consiste la salvación, por lo tanto sólo fueron palabras. Fue una oración prolija, pero sin significado espiritual ni cambio interno.
Y orando, no seáis prolijos, como los Gentiles; que piensan que por su palabrería serán oídos. (Mateo 6:7)
Muchos dicen: «Señor Jesús te acepto como mi salvador»
Pero no invocan «su perdón», no confiesan sus pecados, simplemente se entregan a una emoción del momento.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad. (1Juan 1:9)
Estimado lector:
¿Has creído con fe sincera o simplemente has repetido lo que te dijeron?
¿Como podemos saber si hemos hecho una «verdadera decisión de Fe»?
La respuesta es simple:
Mira tu vida, y ve si Cristo la ha cambiado.
Mira tu vida y ve, si el Espíritu Santo, es el que gobierna tu corazón.
Mira tu vida, y juzga si eres un hijo o una hija de Dios, que amas hacer la «voluntad de Tu Padre».
Si ves que estas declaraciones no se cumplen en ti, significa que necesitas «creer de verdad».
Tal vez a Cristo lo has invocado sólo de labios, pero ahora necesitas invocarlo de nuevo pero creyendo con tu corazón.
Romanos 10:10 … Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salvación.
Antes de decir «Jesús te acepto», piensa que el que debes ser aceptado eres tú por Dios y no viceversa.
¡La única forma que podemos ser aceptados por Dios es creyendo en el sacrificio de su hijo Jesucristo!
Que tu oración ESPONTÁNEA pueda ser: «Acepta a este pecador a través del sacrificio de tu Hijo Jesucristo».
Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. (Efesios1:6)
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