¿Es falta de amor confrontar el pecado y a los engañadores?

¿Es falta de amor confrontar el pecado y a los engañadores?

Vivimos en un mundo relativo donde decir la verdad ofende. Parte de este relativismo mundano, enemigo de la verdad, se apodera de los cristianos actuales que callan frente al error para mostrar una supuesta actitud amorosa y equilibrada.

Muchos «cristianos amorosos» dicen: “No hay que confrontar el error, la gente se dará cuenta sola”. “No hay que identificar a los falsos maestros porque quizá sean personas que todavía están en proceso de aprendizaje”. “No hay que señalar lo malo, sino enseñar lo bueno”.

Pero, ¿cuál es nuestro modelo o parámetro en todo esto?

NUESTRO MODELO ES JESÚS, NO NUESTRO AMOR PROPIO

En Jesús se encuentra el balance perfecto entre la enseñanza de la verdad y la denuncia del error.

Los siguientes versículos son una evidencia de que Jesús confrontó a la gente de su época con la verdad (¡él era la verdad!). Y no podemos decir que esto sea falta de amor de Jesús; sería una blasfemia pensarlo o sugerirlo. La verdad no puede pasar por alto al error, como mucho del cristianismo actual quiere hacerlo. Estas son frases de Jesús:

A HERODES:
Lucas 13:32 “Y él les dijo: Id y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago sanidades hoy y mañana, y al tercer día habré terminado”.

A LOS FARISEOS Y ESCRIBAS:
Mateo 15:7 “Les dijo: Hipócritas”.
Mateo 23:27 “Sepulcros blanqueados”.
Mateo 15:14 “Ciegos guías de ciegos”.
Mateo 23:19 “Insensatos y ciegos”.
Mateo 23:33 “Serpientes, generación de víboras”.

A LOS JUDÍOS:
Juan 8:44 “Vosotros sois de vuestro padre el diablo”.
Lucas 13:5 “Si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”.
Lucas 9:41 “Generación perversa e incrédula”.

A SUS DISCÍPULOS:
Lucas 24:25 “¡Insensatos y tardos de corazón!”
Marcos 16:14 “Les reprochó su incredulidad y dureza de corazón”.

A JUAN Y JACOBO:
Lucas 9:55 “Vosotros no sabéis de qué espíritu sois”.

A PEDRO:
Marcos 8:33 “¡Quítate de delante de mí, Satanás!”.

A TOMÁS:
Juan 20:27 “No seas incrédulo, sino creyente”.

DECIR LA VERDAD ES AMAR

El Señor Jesús no pecó al decir todas estas frases; su intención fue muchas veces corregir a la persona por el bien de su alma, otras veces proteger a las personas de errores que los llevarían a la perdición eterna, y otras, poner simplemente la verdad de Dios en alto.

Para muchos, el Evangelio es ir abrazando gente por el camino como si eso fuera el móvil de la salvación de los perdidos. Eso es un anti-evangelio humanizado.

“La verdad no es importante”, dicen. “Lo importante es el amor”, y de esta forma venden la verdad con un beso tan hipócrita como el de Judas Iscariote vendiendo al Señor.

Ocultar la verdad es ocultar a Jesús mismo; evitar la confrontación es transformar la espada de doble filo de la Palabra (Hebreos 4:12) en un inútil cuchillo de plástico; permanecer indiferentes ante el error es ser cómplices de él.

CONCLUSIÓN

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento están llenos de ejemplos donde la predicación de la verdad va de la mano de la denuncia del error.

Evitar la confrontación de predicar la verdad, parte de un corazón orgulloso, más preocupado por su reputación que por la de Dios. Son aquellos que aman más su propia gloria que la gloria de Dios (Juan 12:43). Son cobardes que, bajo el manto de «personas positivas», no hacen nada cuando la verdad de Dios es atacada. Son aquellos donde el temor del hombre supera en sus vidas al temor de Dios.

Dios está llamando en este tiempo a hombres y mujeres veraces que no se avergüencen de la verdad bíblica del Evangelio. Una de las características del creyente genuino (que pertenece al reino de los cielos) es que es gente esforzada en la verdad.

Mateo 11:12 Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, al reino de los cielos se le hace fuerza, y los esforzados lo arrebatan.

¿Serás uno/a de ellos?

Alejandro Riff