¡Él no te perderá !

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Juan 6:39 Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero.

¿Cual es la seguridad de la salvación de alguien que ha creído en Cristo?

¿Cual es la garantía que tenemos de no perdernos, o como dicen algunos:  «caer de la gracia de Dios»?

Algunos siguen pensando que es por  la buena voluntad o los esfuerzos de permanencia que uno puede llegar al final de su vida cristiana para ser salvo.

Pero este texto, como tantos otros pasajes de la Biblia, nos da a entender claramente cómo Dios da su salvación a  todo aquel que cree en Cristo como su Salvador.

Deja en claro que la seguridad y permanencia en el camino cristiano hasta el fin depende de la gracia de Cristo que persevera en nosotros.

El planteo principal que se debería hacer en cuanto a este tema es:

No que si es posible que yo pueda perderme, sino si es posible que Él me pierda.

¿ Será que Cristo pueda salvar un alma para que luego esta se pierda ?

Veamos paso a paso lo que dice el texto bíblico.

1- Esta es la voluntad… del Padre.
No es un deseo, ni un vago anhelo humano, lo que determina la permanencia de la salvación, sino la voluntad de Dios el Padre.
La voluntad de Dios no es como las voluntades humanas, cambiantes y titubeantes, sino que lo que Él determinó en su soberanía: Él lo cumplirá.

2 – Todo lo que me diere…
El alma que se ha acercado a Cristo es porque la influencia divina ha obrado para atraerla. Ser cristiano de verdad, no es un convencimiento mental, sino el impulso divino del Padre de traer un alma a la cruz de Cristo, para limpiarla de sus pecados y darle un nuevo corazón.

3 – No pierda de ello…
Aquel que fue recibido por Cristo, que fue «comprado» con su sangre derramada en la cruz, no se pierde.
La transacción fue hecha. El pecador arrepentido es ahora un hijo de Dios, redimido por Cristo, y está en sus manos, ¿quien podría decir que puede alguien perderse de las manos del salvador?

4 – Lo resucite en el día postrero…
La obra de Dios realizada en un corazón arrepentido, no es temporal, sino eterna.
Pues su validez va mas allá de esta vida. Para el salvado por Cristo, el día de la resurrección es un hecho.
¡La oveja de Cristo no se pierde en esta vida, ni después de esta vida!

Estimado amigo/a:

Si tus temores por el destino de tu alma te tienen perturbado…

Si las creencias que has recibido se basan solo en preceptos humanos de hombres falibles…

Déjame presentarte al Dios infalible, cuyo amor puede guiarte a una verdadera experiencia de salvación.

El llamado que Dios hace por medio de su Palabra es: Arrepiéntete, cree y entrégate tu vida sin reservas a Jesucristo.

El transformará tus temores en paz, y tus dudas en seguridad.

Deja que el Padre te guíe a las amorosas manos de Jesucristo, las cuales tiene el poder para tomarte y nunca mas soltarte, pues es su promesa que él no perderá ninguno de sus escogidos.

Si el diablo y todo el infierno podrían querer hacer dudar a un escogido del Padre, pero este le señalará las poderosa manos de Cristo de las cuales nadie puede arrebatarlo.

Si la muerte quiere amedrentar a un escogido, este le señálará el día de la resurrección.

¿Cómo sé si soy uno de sus escogidos?

¡Confía en la obra Cristo!

Juan 10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; 28 Y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano.

 

Alejandro Riff