El ministerio de Billy Graham: Sí, pero…

El ministerio de Billy Graham: Sí, pero…

Un gran debate se ha abierto luego del fallecimiento de uno de los evangelistas más famosos del mundo, Billy Graham.

Por un lado, hay personas que lo han criticado sin compasión y «enviado al infierno» en sus opiniones;  y por otro, personas que han hablado maravillas de él sin ningún tipo de filtro o advertencia acerca de su vida. Otros han tomado la posición de no opinar absolutamente nada. ¿Qué es lo más prudente en este caso? A mi forma de ver creo que cada pastor debería aclarar a su congregación una posición definida en cuanto a este hecho, ya que mucha gente es influenciada por los medios sociales. No estamos hablando de cualquier tema intrascendente, sino de un evangelista que ha influenciado a la cristiandad evangélica por un largo tiempo. Incluso seminarios de teología han ajustado su reloj  con la «hora oficial» del evangelismo de Billy Graham. Creo que los pastores somos llamados a aplicar un «filtro» a todo esto con actitud no tanto sentimental, sino bíblica.

Ni bien vi la guerra en las redes sociales, me vino un pensamiento acerca de cómo la Biblia muestra las biografías de los hombres, y escribí esto en su momento:

LAS BIOGRAFÍAS HUMANAS DESDE LA PERSPECTIVA DE DIOS

Una de la cosas que siempre me impacta de la Biblia es que ella nunca encubre el pecado del hombre, nunca oculta sus desaciertos por más que estos hombres hayan sido fieles o correctos en algún momento de sus vidas. ¿Por qué existe el capítulo 11 de 1 Reyes que habla de la decadencia espiritual del rey más sabio de Israel y del mundo entero? Si la Biblia fuera un libro humano, trataría de «resguardar la dignidad del rey Salomón», no contando el episodio vergonzoso de su ancianidad de cómo fue llevado por el amor de las mujeres a inclinar su corazón a dioses ajenos. ¿Por qué la Biblia no calla esto? Es porque es el Libro de Dios, y la gloria solo pertenece a Dios.

Dios nos muestra en el ejemplo en su Palabra que, como dice el dicho, la «muerte no embellece al hombre». Dios deja registrado el final de la vida de Salomón para enseñarnos de qué manera debemos considerar las biografías cuando alguien muere. Es una especie de ecuación que nos lleva a considerar «no solo una parte o aspecto bonito de la vida de una persona», sino el resultado integral de su conducta; lo cual incluye sus pecados, desaciertos y errores.

Acordaos de los que os dirigen, que os hablaron la palabra de Dios; la fe de los cuales imitad, considerando el resultado de su conducta. Hebreos 13.7

Podemos también tener en cuenta las biografías de los reyes de Israel y Judá (libro de Reyes y Crónicas en la Biblia), y recordar que hubo 3 clases de dirigentes:

A) Los que fueron fieles como Josías, quien no se apartó del camino de Jehová ni a derecha ni izquierda» (2 Reyes 2.22).
B) Los que fueron heterodoxos en su fidelidad como Azarías, quien hizo algunas cosas rectas delante de Jehová, pero que no erradicó la idolatría del pueblo (2 Reyes 15:5).
C) Los que  fueron como Acab, quien hizo lo malo delante de Jehová completamente (1 Reyes 16.30).

Vemos cómo Israel quedaba advertido acerca de sus reyes, quienes influían directamente en la vida espiritual del pueblo con sus decisiones y estilos de vida.

De la misma manera la iglesia del Señor tiene que tomar recaudos al «formar opinión» de personas influyentes de su ámbito. No que nos pongamos en la posición de Dios al juzgar el destino de sus almas, pero sí de examinar el legado que nos dejaron para bien o mal.

En mi opinión el ministerio de Billy Graham, en términos cristianos, fue heterodoxo. Como el ejemplo de Azarías tuvo cosas buenas, pero también otras que han sido (y son por su legado) de confusión y  de apartamiento de muchas verdades bíblicas. Quizá se podría decir «sí» a algunas cosas buenas de su ministerio o vida moral; y por otro lado no se puede evitar la conjunción adversativa «pero…» antes sus desvíos.

SÍ, PERO…

, fue el evangelista más popular y que llegó a gran cantidad de personas de todo el mundo en el siglo XX .
Pero también fue el que más influyó en lo que se conoce como «el decisionismo» (llamamiento al altar, oración inducida etc.), que es extraño al evangelismo que vemos en el libro de Hechos y las cartas apostólicas.

, el predicó arrepentimiento y fe en Jesucristo a millones.
Pero también relativizó el «único camino que lleva al Padre» (Jesús) al afirmar en su entrevista con  Robert Schuller que se puede ser salvo sin conocer del nombre de Cristo (además de ser bastante ambiguo en su posición con respecto a budistas y musulmanes).

, él fue el predicador de los presidentes de los Estados Unidos.
Pero no lo hizo a la manera de Juan el bautista denunciando pecados específicos (caso de Herodes), sino siendo digamos…» un poco condescendiente» con las autoridades (recordar en este punto como el mismo Señor Jesús nunca se ganó la simpatía de los políticos de su época).

, fue alguien que «contagió de evangelismo» a muchas iglesias.
Pero también influyó en la iglesia evangélica acercándola al catolicismo romano a través de una abierta y sin lugar a dudas posición ecuménica.

, fue un hombre que predicó ciertas verdades bíblicas.
Pero casi no denunció el error doctrinal evidente e hizo amistad con personas netamente liberales del ámbito evangélico (Ej. Joel Osteen).

, el fue un hombre de moral intachable.
Pero interpuso su ministerio a su vida familiar (ver artículo en inglés del diario Washington Post: «Divorcio, drogas, bebida: los hijos de Billy Graham y su padre ausente«).

Sacando lo último, que es un aspecto personal y podría considerarse un «golpe bajo», los demás puntos afectaron a la iglesia del siglo XX y continúan afectando a la iglesia del siglo XXI.

De cara al tercer milenio el cristianismo evangélico conservador  ha tenido que enfrentar el estigma de la teología que Graham dejó como influencia en el evangelismo.

Muchos estarán pensando en este momento: ¿No nos dice la Biblia «examinadlo todo y retened lo bueno»? (1 Tesalonicenses 5.21) Sí, por supuesto, pero por lo general  la gente idealiza este versículo olvidándose del  siguiente, el 22: «Apartaos de toda apariencia de mal«.

La Biblia siempre nos recordará, como se mencionó en la biografía de los reyes, lo bueno y lo malo de las personas; y no estaría mal que sigamos este ejemplo de imparcialidad.

Después de todo, Dios no llama a sus siervos a ser populares y famosos, sino a ser fieles a Él (1 Corintios 4.2).

Alejandro Riff