¿Es el Evangelio decir simplemente a las personas «Dios te ama»?

¿Es el Evangelio decir simplemente a las personas «Dios te ama»?

El evangelismo de muchos «cristianos» hoy en día se limita a decirles a los pecadores: «Dios te ama«. Se han hecho una Biblia acotada a un versículo solo: Juan 3:16.  Pero trágicamente esta visión reducida del Evangelio no es lo que podemos denominar «el verdadero Evangelio», sino uno falso. Y un falso evangelio puede convocar mucha gente, pero no la salva. Recomendaría sinceramente a los evangelistas monotemáticos de Juan 3:16 que extendieran su lectura, aunque sea hasta el versículo 21 del mismo capítulo. Quizás allí podríamos empezar a hablar de un evangelismo en serio.

¿Pero acaso Dios no ama al pecador?

Déjame explicarte esta pregunta que por lo general se formula de forma capciosa.  Salmos 7:11 nos dice:  «Dios está airado todos los días contra el impío«. Y la Biblia nos muestra a lo largo de sus páginas que toda la raza humana ha llegado a ser impía y rebelde contra su Creador desde la caída en el Edén.  ¿Acaso debemos decirles a las personas que Dios está enojada con ellos? Quizás esto choque de frente contra la idea de un cartel con una  carita feliz que diga: «Dios te ama», pero te diría que sí; las personas tienen que ser conscientes que su estado natural, es un estado de condenación y que están bajo la ira de Dios (Romanos 1:18). Efesios 2:3 nos dice que somos «hijos de ira» no accidentalmente, sino por naturaleza.

Entonces si el pecador está bajo la ira de Dios: ¿Cómo puedo decirle que Dios lo ama?

Yo te pregunto; ¿Cuál es tu apuro por decirle  a una persona «Dios te ama» antes de mostrarle sus propios pecados y rebelión contra Dios?
¿Es tu cobardía de no querer ponerte a nadie en tu contra? ¿Es por tu deseo de ser aceptado por la gente?
¿Es tu ambición por llenar una iglesia de gente a expensas de recortar las demandas del Evangelio?
Espero que no sea ninguna de las preguntas anteriores, sino que simplemente sea una mala enseñanza (o parcial) que has recibido por herencia, ¡pero estás a tiempo de darle un giro correcto a tu evangelismo!

Lo que la Biblia nos nuestra

Vemos a un apóstol Pedro predicar: «Vosotros matasteis al Autor de la vida» (Hechos 3:15). La predicación apostólica es clara en mostrar la rebelión del hombre contra Dios.  El apóstol Pablo, el viajero evangelista itinerante, nunca anduvo por las ciudades romanas, griegas o judías diciendo: «Dios te ama, ¿quieres aceptar a Jesús en tu corazón». Su mensaje fue denunciar la idolatría (Hechos 19.26), el pecado del hombre, y poner a Cristo en alto para que toda rodilla se doblegue ante Él. Presentaba a un gran Salvador para pequeños pecadores.

Santiago afirma: «Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos…«(Santiago 4:8). Judas nos dice: «Para hacer juicio contra todos, y para dejar convictos a todos los impíos…» (Judas 1:15). Los escritores bíblicos iban a los pecadores con la Ley de Dios para mostrarles su fracaso como raza caída y apartada de Dios. Recién cuando el pecador es convencido por la Palabra de Dios de que es culpable de traición contra su Creador, es cuando podemos hablarle de Cristo, el Salvador. Las personas nunca tendrán la necesidad ser salvadas (y de un Salvador) si no ven previamente su estado de condenación.

¿Pero en algún momento sí le digo a la persona «Dios te ama«? ¿Verdad?

Quizá lo que le ha faltado a tu evangelismo haya sido la siguiente idea bíblica central:
«Dios ama al pecador con la condición que se refugie en Cristo».

En Mateo 3:17 y 17:5 Dios tronó desde los cielos, diciendo: «Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia«. Solo Dios se complace en su Hijo, Jesucristo, y él es por definición «el Hijo amado». Los pecadores somos naturalmente hijos de ira y, como diría Jesús a algunas personas, «hijos del Diablo» (Juan 8:44). Como verás, el «Dios te ama» es un condicional. Este condicional nos dice que si un pecador bajo la ira de Dios pone su fe en Cristo como Salvador  y se refugia en este «Hijo amado», solo allí encuentra el amor del Padre. Concretamente: somos amados en el Hijo amado.

Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos

Como podrás ver, la correcta predicación del Evangelio siempre será un condicional. No puedes ir por el mundo  asegurando a los pecadores  diciéndole: «Dios te ama», eso sencillamente no es el Evangelio (no puedes despojar al Evangelio de la cruz). Debes primero mostrarles a las personas  su pecado por medio de la Ley (¡créeme que con los 10 mandamientos ya tendrás de sobra!). Debes mostrarle que el pecado es una enfermedad mortal, pero que esta enfermedad es producto de su rebelión contra Dios, su Creador. Solo en Jesucristo, quien murió en la cruz, allí muchos pecadores encontrarán la reconciliación con Dios, y allí recién serán amados como hijos.

Jesucristo advirtió que la gente normalmente no se «considera enferma por el pecado» (Mateo 9:12), por lo tanto, no tienen intenciones de ir a Él. Si tú vas a una persona solo con un «Dios te ama». ¿En qué parte la harás consciente de sus pecados y que necesita al gran Médico, que es Jesús? Pero si vas con el Evangelio completo, Dios llamará a muchos pecadores al arrepentimiento y a la fe de su Hijo amado.

Esos pecadores serán perdonados y serán amados por Dios, porque se colocarán bajo la sombra de su Amado.

Luego de ello es que estás en la aprobación bíblica de decirle: ¡Dios te ama!

 

(…) Nos hizo aceptos en el Amado (Jesús).
(Efesios 1:6)  

Alejandro Riff