Juan 8:36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Una de las películas famosas que popularizó al actor Jim Carrey, fue «The Truman Show» (El Show de Truman). Cuenta la historia (ficticia), que un hombre nació, se crió y llegó a la edad adulta, viviendo en un domo que simulaba la realidad. Había una ciudad «isla» con negocios, casas donde de vivir, y un mar a que nadie se aventuraba a salir. La luz del sol, la luna, y las estrellas eran falsos. El viento, la lluvia y las tormentas eran provocadas por sofisticadas máquinas para simular la realidad del clima. Truman, sin saberlo, era el centro de un «reality show» visto por millones de espectadores en el mundo entero. Pero para él, el mundo real era lo que veía. Había nacido y crecido en un mundo irreal, fabricado, pero él no lo sabía. Hasta que empieza a sospechar… «que algo andaba mal» en ese mundo perfecto. Llega en su vida a un momento de crisis, donde se da cuenta que el mundo donde vive es una mentira, pero no puede probarlo aun. Así que se sube a un velero para «escapar de la isla». Por supuesto, esto sería el «fin del reality show» para los ambiciosos productores, y tratan por medio de tormentas fabricadas, hacer zozobrar el velero de Truman. Si bien casi lo logran, Truman sigue adelante contra el viento y las olas, para escapar de la isla, y sucede algo inesperado… ¡Choca contra el cielo! ¿Contra el cielo? ¡Sí contra el cielo! En realidad choca contra una pared donde había un cielo pintado, ¡y se da cuenta por primera vez que el mundo que lo rodeaba era de «utilería»! La isla era falsa, la gente actores, el sol una luz artificial, y el hermoso horizonte solo un «cartón pintado». La historia termina, que en la pared pintada de cielo, hay una escalare que te saca del domo, del mundo falso, y entras al mundo real por una puerta.
EL DOMO CARISMÁTICO – UN MUNDO IRREAL, EL SHOW DE TRUMAN EVANGÉLICO
Muchos, no tuvieron nunca la oportunidad de comparar si el cristianismo que le enseñaron, es una falsa experiencia, un mundo irreal, desde el punto de vista bíblico. Muchos crecieron con la idea de que ser cristiano es reclamar promesas, recibir milagros, proclamar esto o aquello, en el nombre de Jesús. Le enseñaron que la evidencia de su cristianismo era «hablar en lenguas extrañas», como evidencia del bautismo del Espíritu Santo, ¡y su segura salvación! Les dijeron que las enfermedades son producto de su pecado y falta de fe, que Dios quieres hijos «victoriosos» que prosperen económicamente. Su mundo-iglesia consiste en escuchar a «siervos de Dios» proclamando mensajes positivos, personas con el «poder» de tocarte y hacerte caer desmayado. En el domo carismático la lucha espiritual es a cada segundo, cortando maldiciones, proclamando la derrota de satanás, utilizando muchas veces amuletos, aceite de unción, y un sin fin de cosas. El «dios» de este mundo es aquel que le tienes que dar grandes ofrendas o diezmos… si es que quieres recibir su bendición. En este mundo, todos los días hay nuevas revelaciones, sueños y profecías. Se utiliza la Biblia, pero más bien como excusa que como fuente de enseñanza.
TRUMAN EMPIEZA A DESCONFIAR
Muchos empiezan a intuir que «algo raro» hay en todo este «cristianismo», pero aún no tienen los elementos para decir qué es lo que está mal. Empiezan a desconfiar cuando ven que las personas no prosperan económicamente, cuando las personas se enferman (como cualquier otro ser humano de este planeta), y los líderes achacan a la persona su falta de fe. Algo huele mal… cuando los pastores viven vidas acomodadas y en el lujo, cuando Cristo no tenía techo durante su ministerio terrenal. Se empieza a sospechar de una manipulación sicológica en las predicaciones, carente de argumentos bíblicos. Se empieza a cotejar prácticas y costumbres que no se ven en el libro de Hechos (historia de la iglesia primitiva), ni formas adoptadas por los apóstoles. Todo pareciera indicar que el mundo evangélico donde nació es una especie de «burbuja» y que hay algo real allá afuera, que todavía no se conoce.
TRUMAN SE SUBE AL BARCO
Ante la duda de este mundo evangélico irreal, la persona empieza a indagar en la Biblia. La lee para comprobar el mundo que lo rodea, pero aún hay cosas que no entiende, y hasta tiene miedo de cuestionar (en el domo le enseñaron: -¡No cuestiones al ungido del Señor!) Empieza a buscar en las redes sociales, a ver videos a leer libros acerca de una «extraña doctrina» que se identifica por varios nombres: Doctrina reformada, sana doctrina, doctrinas de la gracia, calvinismo etc. Empieza a escuchar conceptos acerca de la salvación en Cristo que «nunca se enseñaron dentro del domo», tales como: El hombre es totalmente depravado, muertos en sus delitos y pecados. Que la soberanía de Dios escoge, llama eficazmente, y su Palabra y su Espíritu Santo regenera el corazón transformándolo a santidad. Que la salvación no consiste en repetir una oración, levantar la mano o pasar un altar, sino que consiste en arrepentimiento y fe, y una fe que viene por el oír la Palabra de Dios (Romanos 10:17) antes que de una emoción del momento. Descubre que las verdaderas predicaciones parten de la Biblia, y no de la mente de los hombres. El tema, su desarrollo y desenlace parten de exponer las Escrituras en su justo contexto, y no los versículos descontextualizados, usados en «el domo carismático» que ningún alimento traían al alma. Empieza a conocer a Cristo, como nunca antes, y su gracia en la cruz se hace preciosa, ve su vida indigna y vil, y ante el llamado de Su voz acude en arrepentimiento y fe.
CHOCANDO CONTRA LA PARED
Dios abrió los ojos espirituales del alma por medio de su Palabra. Ahora la compresión de la Biblia cobra un nuevo giro por la iluminación de su Espíritu Santo. Ahora la persona cuestiona todo «su falso mundo» y llega a chocar contra «la pared» de sus límites. Aquí la persona conoce el antiguo evangelio. Conoce que siempre existió un cristianismo histórico que da gloria a Dios antes que a los hombres. Un cristianismo basados solo en la Biblia como regla de autoridad y suficiencia para la iglesia (y si nuevas profecías). Un cristianismo basado en la fe y la gracia, cosas dadas por Dios a sus escogidos. Un cristianismo donde el hombre pasa a segundo plano, y todo es solamente Cristo, nuestro Rey, Señor y Soberano. Chocar contra la pared, es ver el limitado mundo propuesto por la falsa doctrina, que no tiene que ver con el océano de la verdad de Dios.
SALIENDO DEL DOMO
Una vez que la persona descubre su mundo irreal por medio del conocimiento de las Escrituras, sale del domo, subes las escaleras, atraviesa una nueva puerta, ¿y qué encuentra? Otros creyentes regenerados por la gracia de Cristo, muchos de ellos «antiguos habitantes del domo», pero que ahora te abrazan como hermano y se gozan de esto:
Juan 8:32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Ahora mira de lejos la burbuja de engaño donde vivía… levanta los ojos al cielo y exclama: ¡Gracias Dios por conocer tu verdad!
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