¿Asistir a la Iglesia por Enamoramiento?

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Analogía del casamiento

El mundo todavía sigue casándose sobre el fundamento del «enamoramiento». Dicho más claro, como menciona 1Tesalonicenses 4:5, por pasión de la carne. ¿Cuál es el resultado de estas uniones meramente enamoradizas? La separación o divorcio a pocos años de casarse (promedio, dos años). Es decir que cuando pasa la «novedad» y las personas empiezan a conocerse, caen en la cuenta de sus fallas y caracteres… y toda la pasión que se tuvo en un momento se esfuma. Cuando ya ha pasado un año y han vivido fechas festivas juntos, vacaciones juntos, y otras vivencias, se encuentran tarde o temprano con la rutina diaria, y  eso empieza a desagradar. Es decir cuando el niño se aburrió del juguete nuevo ya quiere otro. Y cuando los cónyugues se aburren de su carnalidad mutua, quieren «otra carne». Por eso los matrimonios si no están fundados en Dios y su Palabra fracasarán de alguna forma  (no siempre separándose, pero otras veces sí). El matrimonio es un pacto de por vida delante de los ojos de Dios, y tiene que ilustrar de alguna forma la relación entre Cristo y la iglesia (Efesios 5:25). El enamoramiento en la carne es pasajero, pero el matrimonio fundado en el amor en Cristo es una roca que permanece.

Los que se unen a la iglesia por enamoramiento

Muchas personas se unen a una iglesia, pero jamás desarrollan una perspectiva bíblica de lo que significa ser miembro y ser una oveja sujeta a guía. Les gusta determinadas cosas del predicador, sus mensajes, la compañía de hermanos, ciertas actividades sociales etc.  Al principio de este período de enamoramiento, todos es entusiasmo y ganas. El tiempo va pasando y la persona se enfrenta inevitablemente con varios aspectos que conlleva  la vida de iglesia:

  • Si la iglesia es verazmente bíblica, enfrentará a la persona con sus pecados (muchos se ofenden cuando tienen que «entregar su becerro de oro» ).
  • El creyente que está en la membresía de una iglesia local, está sujeto a disciplina, y su vida ya no es anónima (se conoce su forma de vivir, no se pueden ocultar).
  • Se da cuenta del alto requerimiento de Cristo en ser discípulo, y esto va en contra de los intereses de su carne.
  • Se da cuenta que sus hermanos «son de carne y hueso» y tienen fallas y pecados como todo el mundo, pero no los acepta (desconciendo sus propias faltas).
  •  El pastor que antes admiraban, al «acostumbrase» a las predicaciones, poco a poco se cae en un menosprecio.
  • Buscaban una novedad, no el alimento de la Palabra. Una integración meramente social, que no es lo mismo que pertenecer al cuerpo de Cristo.
  • Ya se aprendieron los himnos y canciones, y esto parece que deja de ser una novedad también.

La persona que solo asisten por enamoramiento, sin bases bíblicas (no que no se las hallan enseñado,  sino que nos la cree en lo profundo del corazón) pronto dejará la iglesia local. El juguete nueve perdió su atractivo, y sale en busca de un juguete con otras características, luces y colores. Muchas personas dicen que nunca pueden encontrar un pastor acorde a su corazón, pero ignoran que en su corazón no tienen el deseo de ser ovejas. Nunca encuentran «su iglesia perfecta», porque no entienden que ser miembro de una iglesia local es tomar la cruz de Cristo y seguirlo cada día junto a otros creyentes (Mateo 10:38).

Nosotros vemos que aquellos matrimonios que se unen en Cristo bajo el fundamento de su Palabra son los que duran hasta que las muerte los separa. Aquellos cristianos que se unen a una iglesia local con una convicción bíblica son las que permanecerán a través del tiempo. Cierro este escrito citando al pastor Sugel Michelén en una excelente predicación llamada «La realidad de la iglesia en este mundo caído».

…No debemos tener una expectativa romántica con respecto a la iglesia. Algunos llegan a la iglesia pensando que han encontrado la sociedad perfecta: Aquí todos se aman, nadie juzga a nadie, nadie habla mal de nadie, todo el mundo está deseoso de servir a los demás. Pero eso no es real. De hecho, el NT no asume que la vida de las iglesias locales será así. De ahí todos los principios que encontramos en las cartas del NT sobre solución de conflictos dentro de la iglesia. Pensemos por un momento en la composición de la iglesia: Todos estamos lidiando con nuestros propios pecados, …sometidos a una amplia gama de tentaciones …en diferente niveles de crecimiento espiritual, …en diversas condiciones espirituales, …habiendo provenido de diferentes trasfondos culturales, sociales y educacionales. Entre nosotros hay nuevos creyentes que todavía tienen trazas de su antiguo patrón de vida, … otros que han llegado con mucho entusiasmo, pero poca sabiduría, … con poco conocimiento de la Palabra de Dios y necesitados de mucha instrucción y paciencia. Pero también tenemos viejos creyentes, algunos de los cuales están anquilosados,… demasiados familiarizados con cosas que todavía entusiasman a los nuevos (perdieron su primer amor – eso no debería ser; Ap. 2:4), … o que ya han olvidado los conflictos que experimentaron cuando todavía eran jóvenes en la fe. Eso es la iglesia en el mundo real. 

Alejandro Riff