¿Por qué un cristiano querría ser vegano?

¿Por qué un cristiano querría ser vegano?

Si al ver el título de este artículo te interesó, quizás seas vegano, te interese serlo, tienes amigos que lo son, o sencillamente es pura curiosidad y no tienes una idea concisa de lo que involucra el veganismo.

Para estos últimos, tomaré el atajo y solo marcaré la diferencia entre lo que la mayoría de la gente confunde: vegetarianismo y veganismo. El vegano va más allá que el vegetariano; no solo no come animales, sino que además no consume ningún derivado de animales (leche, miel, huevos, etc.). Pero aún hay más, tampoco usan productos derivados de animales para vestirse o productos cosméticos que hayan involucrado algún proceso de «depredación animal» (hablando de veganos al 100% de su filosofía).

Ahora que todos nos entendemos, mi artículo no está apuntado a debatir contra el movimiento vegano (de esos que golpean los vidrios de los restaurantes de carne acusando de asesinos a todos los de su interior), aunque habrá un lugar para tratar semejante fanatismo.

Mi artículo apunta a quienes son cristianos y se identifican con una alimentación vegana (o quieren hacerlo y no están seguros). Tengo algunas preguntas y comentarios para hacerles.

¿Por qué eres o quieres ser vegano?

Como cristiano, seguro tienes algunos versículos bíblicos para darme e historias del Antiguo Testamento. ¿Quizá sean estos?

A) «Nadie juzgue en comida o bebida» (Colosenses 2:16)
B) Algunos creyentes de Roma solo comían legumbres (Romanos 14:2) y no se debe juzgar a los que hacen eso (v. 3 y 4).
C) Que los jóvenes que estaban con el profeta Daniel comían solo legumbres (Daniel 1:12).

Bueno, no quiero que te pongas «en guardia», no voy a obligarte a comer una salchicha, ni tampoco a condenarte por comer tofu (soja), solamente te estoy preguntando: ¿por qué consideras que es mejor ser vegano que no serlo?

Como pastor, por lo general veo que las personas utilizan muchas veces versículos de la Biblia como una bomba de humo para desaparecer de preguntas que apuntan al centro del corazón. Antes de continuar, no puedo evitar decirte que «A» era una cuestión de tradiciones y relacionado a la ley judía (lee el contexto y te toparás con «lunas nuevas», «días de reposo», etc.; por lo tanto, el tema de fondo no era una cuestión vegana o vegetariana).

En cuanto al punto «B», el problema de los creyentes en Roma era que todo lo vendido en la carnicería procedía de sacrificios idolátricos y querían evitar involucrarse de manera indirecta.

Y el punto «C» no era porque estos jóvenes no comieran carne (eran israelitas), sino que no querían involucrarse en la comida de un rey pagano (que atentaría, entre otras cosas, con alimentos prohibidos por la ley en aquel tiempo como el cerdo).

Pero más allá de los clásicos ejemplos para formular una «Biblia vegetariana» (que no existe), quiero que prestes atención a lo más importante que hay detrás del problema con el movimiento vegano, que es lo mismo a lo que Cristo siempre apuntó: «el corazón del hombre». ¡Allí está el verdadero problema!

Cristo y las cuestiones alimenticias

Cuando algunas personas le trajeron a Cristo problemas alimenticios, Él les dijo:

Marcos 7:15 Nada hay fuera del hombre que entrando en él lo pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre.

Quizás no se destaque a primera vista, pero en el fondo, el vegano quiere encontrar un sentido de autojustificación y motivo de existencia a su propia vida. Algo así como: «Nunca haré sufrir o explotaré a ningún animal para mi provecho, por ende soy mejor que los demás». Siempre hay una tendencia del vegano a no guardar esto para sí mismo, sino en ponerse en comparación con los demás. Es la necesidad del ser humano de encontrar sentido a su vida, y compararse con otros para verse bien a sí mismo, ignorando que el gran problema con esta creación es su propio corazón, ¡un corazón en conflicto con su Creador!

Es paradójico que muchas personas involucradas en el movimiento vegano estén a favor del aborto. Esto confirma su rebelión contra Dios. Condenan lo que la Biblia aprueba (comer carne de animales) y aprueban lo que la Biblia condena (el asesinato).

Como cristiano que apunta al veganismo quizás no te identifiques con esto último, pero si haces un poco de investigación histórica, verás que el veganismo se remonta a religiones paganas y no al cristianismo. Como si fuera poco, ahora existe una militancia vegana que atenta contra el derecho de las demás personas (vandalización, escraches, etc.). Aun ideologías de extrema izquierda se camuflan detrás del movimiento vegano que se vuelve intolerante ante todo aquel que piensa distinto.

Pero yendo al pensamiento cristiano, si Jesús hubiera querido dejarnos ejemplos de veganismo o vegetarianismo lo hubiera hecho. Aun así Él no vio ningún tipo de problema en que los seres humanos comamos carne.

  • En la misión de Jesús a sus discípulos les dijo que en caso de ir a una casa: «coman lo que les pongan delante» (Lucas 10:8). ¿Notaste que ser vegano como cristiano puede ser un problema cuando te invitan a comer a otra casa? Siempre tendrás que ir con tu comida envasada a cuestas, y ser no pocas veces el centro de atención de la mesa.
  • Recuerda que aparte de pan, Jesús multiplicó peces para alimentar una multitud (y lo hizo en dos ocasiones).
  • Él celebraba la Pascua cada año, y en la última, antes de ir a la cruz, la Biblia dice que compartió la copa y el pan «luego de haber cenado» (Lucas 22:20), esto implicó comer cordero.
  • Cuando Cristo resucitó, comió pescado y miel (un derivado alimenticio animal) delante de sus discípulos (Lucas 24:42).

La creación arruinada por el pecado

Es verdad que al principio de la creación la dieta original del hombre era vegetariana (Génesis 1:29), pero luego de la caída en pecado todo cambió.

Cuando el hombre ocultó su desnudez con «los vegetales» de las hojas de higuera, Dios los vistió con pieles de animales (Génesis 3:21). Demás está decir que esos animales murieron para vestir a Adán y Eva. Luego del diluvio se autorizó comer animales aparte de vegetales (Génesis 9:3).

Ser vegano o vegetariano en Israel era rechazar los mandatos de Dios que involucraban sacrificios comestibles (como la Pascua). Por 1500 años Dios dio su Ley ceremonial a su pueblo Israel, donde los sacrificios de animales apuntaban a Cristo, aquel «cordero de Dios» (Juan 1:29) que dio su vida en la cruz.

Volvamos al principio: ¿Por qué deseas ser vegano?

Porque es una dieta saludable
Bueno, la dieta mediterránea, como otras, también lo es. Hay mucho de aporte de la proteína animal al ser humano. Es muy difícil justificar del punto de vista científico que la dieta vegana sea mejor que otra que incluya productos de origen animal en su justa medida.

Porque es una forma de que no sufran los animales
Bien, la Biblia nos dice que las criaturas de este mundo gimen por causa del pecado más que nada (Romanos 8:22). ¿Fue injusto el Señor Jesucristo con los animales que él comió? ¿Dios fue cruel al mandar el sacrificio de animales en el Antiguo Testamento? Dios nos advierte que no seamos crueles con los animales (Proverbios 12:10), pero Él nunca prohibió la ganadería como método de subsistencia.

¿Hay acaso algún problema con mi fe y que se sea vegano?
Mira, puedes ser vegano, y eso no quita que no seas cristiano, a no ser que tu veganismo involucre algún problema espiritual de fondo en entender mal el pecado, este mundo caído, y la justificación en Cristo. Hay un error repetitivo que todos los seres humanos tienen para con Dios y es la salvación por obras. Tienes que ver si tu conducta alimentaria no se basa en una cosmovisión bíblica errada.

Fíjate que tu veganismo no sea solo la punta del iceberg de querer encontrar un sentido a tu vida fuera de Cristo. Que tu veganismo no sea «una distracción» para ocultar pecados profundos que no han sido entregados a Dios en arrepentimiento.

Creo que cuando los creyentes comprendemos plenamente que nuestro alimento espiritual consiste en Cristo, las cuestiones alimenticias materiales pasan a segundo plano. El Señor Jesucristo dijo:

Juan 6:55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

¿Estás realmente interesado/a en esta dieta espiritual?

Alejandro Riff