…Con todo engaño de iniquidad en los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Y por esto Dios les envía operación de error, para que crean a la mentira. (2 Tesalonicenses 2:10 y 11).
¡ES TAN OBVIO!
-¿No es evidente que el predicador está manipulando a la gente?
-¿Cómo pueden creer semejante mentira?
-¿Acaso no es una burda falsificación de milagros?
-¿Pero cómo no se dan cuenta que es una práctica fuera de la Biblia?
Esta y muchas preguntas más se hacen algunos cristianos al ver las campañas y cultos evangélicos contemporáneos.
Gente revolcándose en el piso, algunos moviéndose como borrachos, desmayos, mareos, personas vomitando, otras en trance frenético, son experiencias atribuidas al Espíritu Santo; pero que son claras blasfemias identificables por cualquier cristiano que abre regularmente su Biblia.
Al ver semejante cuadro de ignorancia muchos exclaman con sinceridad: ¡Pobre gente engañada! ¡Pobre gente manipulada! Como si todo el problema es que fueran víctimas de las circunstancias. ¿Es esta en realidad la única raíz del problema?
VIENDO EL ENGAÑO DESDE OTRO ÁNGULO
Pero miremos un poco el escenario desde la perspectiva que nos da 2 Tesalonicenses 2.10 y 11). Podríamos suponer que el Diablo les enviaría una «operación de error» para que esta gente crea a la mentira, pero no es así; si nos fijamos bien, el pasaje dice que es Dios el que les envía esto. No nos confundamos, el texto no dice que Dios comisiona a obreros fraudulentos para engañar a las almas, en tal caso, estos serían mensajeros de Satanás. El texto dice que esta «operación de error» (o poder engañoso) es enviada por Dios como una consecuencia de que «estas personas rechazaron el amor de la verdad para ser salvos». Es un juicio de Dios sobre su propia incredulidad. Son personas que se inventaron un falso Cristo, uno que no atentara contra sus pecados. Son personas que rechazaron la verdadera luz del evangelio y por eso Dios les envió la oscuridad de un engaño más denso y profundo .
Juan 3:20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean redargüidas.
¿ENTONCES NO HAY QUE PREDICARLES?
Sí hay que predicarles igual, pero teniendo en cuenta lo siguiente. Posiblemente la mayoría de estas personas involucradas en este falso evangelio de la prosperidad y milagros estén bajo un juicio de Dios, como describe el texto bíblico del comienzo. Ya que tienen la Biblia, la Palabra de Verdad, en sus manos, pero prefirieron escuchar las invenciones de los hombres. Pero también puede haber almas que el Señor ha elegido para rescatarlas del error. Al predicarles el evangelio, para ellas será «olor de vida para vida», mientras que para el resto de almas engañadas «será olor de muerte para muerte» (2 Corintios 2.16).
Otra cosa que podemos aprender de utilidad es que no son «nuestros argumentos más obvios y convincentes» lo que sacarán las vidas del error, sino el poder de la Palabra de Dios. Por tanto, no nos asombremos que la gente engañada no renuncie a su camino, por más que le mostremos un video de cómo su líder es un engañador sin lugar a dudas. Ellos están bajo una operación de engaño, y cegados por el poder del «dios de este siglo» para que no les resplandezca la luz del evangelio (2 Corintios 4.4). Aquellas almas de las cuales el Dios verdadero tendrá misericordia, responderán a la verdad.
¿ERES TÚ UN ALMA INQUIETA QUE SOSPECHA DEL FALSO EVANGELIO DE LA PROSPERIDAD?
Hagamos un pequeño test espiritual:
- ¿Te sientes un espectador, un bicho raro, un sapo de otro pozo en medio de sus reuniones?
- ¿Sientes que las prédicas escuchadas saben a poco y que no te satisfacen el corazón?
- ¿Lograste identificar que la vida de estos líderes no se parece en nada a la humildad y santidad con que Cristo vivió en esta tierra?
- ¿Sospechas que cada vez que los líderes citan la Biblia, la acomodan a sus pensamientos y planes?
- ¿Te das cuenta que el centro de esa iglesia o movimiento no es Cristo y la gloria de Dios, sino la gloria del hombre?
Si tu respuesta es afirmativa a todas estas preguntas, puede ser que el Señor te está llamando a su verdadero redil.
Juan 10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.
Busca tu Biblia y empieza a leerla como nunca antes en tu vida. Humíllate ante Cristo, el Salvador, y entrégale todos tus pecados implorando su perdón. No me cabe la menor duda que Él te guiará con Su amor y verdad, y que no estarás en la categoría de: «pobre gente engañada».
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