Lucas 23:44 Y cuando era como la hora sexta, fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció…
El sol del mediodía brillaba en su esplendor.
Risas sarcásticas y burlas eran proferidas por el pueblo hacia el Crucificado.
Rostros arrogantes desafiaban con palabras vanas, a que Aquel que voluntariamente se había entregado a morir, diciendo: -Baja de la cruz, y creeremos.
La canción de los incrédulos era:
«A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar: si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él.»(Mt 27:42).
Todos meneaban la cabeza al son de este estribillo.
Pero de repente cesó el murmullo y los rostros fueron confundidos:
Oscuridad fue hecha al mediodía.
¿Un eclipse? Imposible. La luna en aquel tiempo de pascua era «llena», por tanto se encontraba al otro lado opuesto del planeta.
¿Fueron nubes? ¿Pueden acaso llegar a ser tan densas que conviertan el mediodía en noche? No es posible.
Lo cierto es que desde las doce del mediodía hasta las tres de la tarde fueron hechas tinieblas sobre la tierra.
En el horizonte, se distinguía débilmente la silueta del Crucificado.
En medio del silencio, casi podía escucharse cada gota de sangre derramada que caía a tierra.
¿Qué hecho se estaría produciendo para que la oscuridad reine, cuando debiera haber luz?
Cristo Jesús el Hijo de Dios, estaba cargando el pecado de sus redimidos.
La negrura sus iniquidades eran depositadas en el Santo Dios humanado.
¿Cubrirían acaso para siempre las tinieblas el calvario?
¿Prevalecería la negra nube de pecado frente a la preciosa sangre de Cristo?
De ninguna manera.
De repente se oyó una gran voz:
Entonces Jesús, clamando á gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, espiró. (Lucas 23:46)
Un terremoto fue hecho, las piedras se hundieron,y el velo del templo se rasgó (Mt: 27:51).
Y la luz… ¡La luz volvió y las tinieblas se disiparon!
Ya no había burlas, sino que la gente volvía a su casa golpeándose el pecho en señal de culpa, y un murmullo reinaba en el ambiente el cual se oía: «Este era el Hijo de Dios».
A dos mil años de este hecho muchos parecen ignorarlo.
En cambio, para otros esta historia es una continua realidad en sus corazones.
Tu que siempre estás apurado y que no dedicas tiempo mas que pensar en tus problemas y obligaciones de esta vida: ¿Has considerado esta obra notable, de Aquel que murió por amor a tí en la cruz?
Te has detenido para pensar qué cosas maravillosas obró Dios por ti y no las tenido por noticia en tu corazón.
De la misma forma como hubo tinieblas y luego la luz, así ocurre en los corazones de todos aquellos que se sientan pecadores y confíen en la sangre de Jesús.
Su corazón estaba en muerto en tinieblas de pecado, pero la luz de Cristo (que triunfó sobre la muerte resucitando), lo alumbró:
Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo (Efesios 5:14).
Si crees a esta Palabra de Dios, hoy la luz del Salvador puede resplandecer en ti.
¿Porque permanecerás en obscuridad? Ve a Cristo y te alumbrará.
Últimas entradas de Alejandro Riff (ver todo)
- 4 Cosas que los Judíos equivocaron respecto al mesías - octubre 31, 2024
- La «doctrina reformada» explicada en forma sencilla - octubre 30, 2024
- La Cena del Señor, el elemento más olvidado en la adoración - julio 31, 2024