Ni Separatistas, ni inclusivistas

jarron

Efesios 4:3 solícitos a guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.

Cuáles de estas declaraciones es la verdadera:

A)    La verdad une, el error divide.

B)    El error une, la verdad divide.

¿Ya has pensado en elegir A o B? Mi pregunta es capciosa a propósito ¿Por qué deberías elegir A o B? ¿Sólo porque lo digo?  Esta es la forma en que muchos plantean la verdad bíblica. Te dan a escoger A o B, pero dentro de su propio pensamiento radical.  (En este enunciado, A y B son igual de ciertos).

Un planteo tipo “A o B” fue hecho por los discípulos, ¡pero Jesús dijo “C”!

 Juan 9:1  Al pasar Jesús,  vio a un hombre ciego de nacimiento. 2  Y le preguntaron sus discípulos,  diciendo:  Rabí,  ¿quién pecó,  éste o sus padres,  para que haya nacido ciego? 3  Respondió Jesús:  No es que pecó éste,  ni sus padres,  sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.

 Sabemos que las iglesias liberales de nuestra época son inclusivistas y ecuménicas. Parece que toda enseñanza les viene bien, y la Palabra de Dios es sacrificada en pro de la unidad. Ellos son de la idea que “predicar las verdades bíblicas” son causa de división. Entonces se valen del “relativismo teológico”, (no hay verdad absoluta), para fortalecer lazos de unidad anti-bíblicos. Dios no puede santificar el error de quebrantar su Palabra, por lo que su unidad es falsa (Juan 17:17).

Por otro lado, dentro de la “Nueva Reforma” de la iglesia evangélica, veo que hay mucho de separatismo innecesario. Muchos están utilizando la misma verdad para dividir. Por supuesto que la Biblia nos llama a separarnos del error. Pero muchos llevan determinadas doctrinas a la práctica de la forma radical A o B, pero no dentro del terreno bíblico, sino dentro de su propio pensamiento.

En menosprecio de la “doctrina de la unidad bíblica” exaltan otras verdades hasta el extremo de causar separación entre la iglesia local y también inter-iglesias. En una palabra, divorcian la doctrina de la unidad del resto del cuerpo de doctrinas. ¿Es esto, nos preguntamos, estar “solícitos” en guardar la unidad?

La palabra utilizada aquí es la misma que usa en 2 Timoteo 2:15 “procura con diligencia”.

Debemos ser diligentes en la doctrina, ¡sí en la doctrina de la unidad! ¿Por qué la diligencia muchas veces se enfoca en las diferencias pequeñas antes que en la grandes verdades del evangelio? Así es nuestra carne, su tendencia natural es la destrucción y la desunidad. Nuestra carne si halla “algún argumento válido” encontrará la forma de utilizarlo para una “desunidad justificada”.  En el Espíritu de Dios encontramos el “vínculo de la paz”, pero en nuestra carne solo encontramos orgullo, odio y rencor.

 

ENTENDIENDO LO QUE ES “UN CUERPO”

 1Corintios 12:27  Vosotros,  pues,  sois el cuerpo de Cristo,  y miembros cada uno en particular.

¡Qué dolorosa es la anmpuntación de un miembro! Da escalofríos el solo hecho de pensarlo. Pero cuando la mente se vuelve legalista, se anestesia. Muchos prefieren la amputación antes que la restauración. Basta con sacar un punto de vista “válido” de la doctrina, para buscar consenso, y decir: “este es mi punto de vista bíblico”, es el verdadero, y si no están de acuerdo conmigo, lamentablemente tendré que dejar la iglesia”.  Es así que iglesias reformadas se dividen como las células de un organismo. El “yo tengo el punto de vista correcto” prevalece por encima de “un cuerpo”. Nuestra particularidad de miembro es tan real, como lo es un cuerpo. Hay muchas formas en que el ojo le puede decir a la mano: ¡No te necesito! (1ra Corintios 12:21).Este sentimiento a veces deriva de nuestra forma unilateral de considerar la doctrina: –No piensas como yo, no te necesito. Los demás no piensan como yo, entonces no me necesitan ¡De una u otra forma apuntan parte del cuerpo!

¿Cuándo un miembro debe abandonar un cuerpo?

Si tenemos en cuenta que el cuerpo es de Cristo, y Cristo es su cabeza (Colosenses 1:18) la única forma de abandonar el cuerpo es decir: “En esta iglesia Cristo ya no es más la cabeza”. Una declaración muy grave.

¿No damos cuenta que la única forma de abandonar nuestra iglesia local debiera ser cuando ya no está más Cristo? No existe tal cosa de separarse del cuerpo para hacerle un bien al cuerpo. Algo así como: “Ya que pienso diferente a ustedes, prefiero dar un paso a un costado y dejarlos”. Esto podría ser una aparente humildad, pero en realidad es un desprecio por el cuerpo de Cristo y su autoridad.

Dice el libro “La Sana Doctrina” de Bobby Jamieson (ministerio 9Marcas):

 La unidad de la iglesia es preciosa y delicada, igual que un refinado traje de seda. Tal y como expresa el salmista: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! [Es] como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna” (Sal.133:1, 3). Pero cuán fácil es reemplazar la dulzura por la amargura, la armonía por la discordia, y la amistad por las divisiones.

 

VEGETARIANA CON ZAPATOS DE CUERO

 Gálatas 6:1  Hermanos,  si alguno fuere sorprendido en alguna falta,  vosotros que sois espirituales,  restauradle con espíritu de mansedumbre,  considerándote a ti mismo,  no sea que tú también seas tentado.

La vez pasada acompañando a mi esposa a comprar ropa, me quedé fuera del negocio, mirando unos curiosos carteles que la vendedora había pegado en su propia vidriera. Si bien el negocio era de ropa, la cantidad de carteles en contra de “comer carne y matar animales” se parecía más a un salón de venta de mascotas. Los carteles mostraban acerca de no matar vacas, pollos, cerdos, porque ellos tienen sus derechos etc. etc. Obviamente la dueña de este local era vegetariana. Pero al asomarme a la puerta del local puede percibir que llevaba “zapatos de cuero”. Obviamente un animal tuvo que morir para la fabricación de esos zapatos. No sabemos a ciencia cierta si comieron su carne, pero de hecho utilizaron su cuero.

Esta es la forma en que muchos abordan la doctrina bíblica. No se consideran a sí mismos. Castigan a los demás por no ser tan bíblicos como ellos, cuando ellos mismos en otras áreas de su vida no son nada bíblicos. ¡Son como vegetarianos tratando de asesinos a los que comen un filete, cuando ellos usas zapatos de cuero!

Un falta bíblica en un hermano, debe ser restaurada. Si queremos influenciar a otros para bien, por lo general no funciona la táctica de estampar la doctrina contra la cara del hermano, como si fuera un plato de torta. ¡Eso no es ser muy espiritual! Cuando los payasos de circo hacen eso nos da gracia. Pero en la iglesia del Señor no es la práctica de exponer la verdad. “Vosotros que sois espirituales”, deberíais utilizar el espíritu de mansedumbre.

Debemos reconocer que en nuestra naturaleza caída somos tentados más a la represalia del error que a enseñar las verdades bíblicas.

 

ESPERA A TUS HERMANOS

 Efesios 4:13  hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,  a un varón perfecto,  a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

Uno de los motivos de separaciones, es querer imponer nuestro punto de vista, si esperar que otros hermanos lo asimilen. El mismo capítulo de Efesios con el cual comenzamos, nos dice en el versículo 13: “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe”. El amor cristiano “todo lo espera” (1Corintios 13:7), pero nuestra carne es impaciente. Al ver la conducta de ciertos individuos en la actualidad y su postura frente a la tolerancia cristiana, pienso que si estuvieran en la iglesia primitiva no pudieran cumplir las palabras de Señor.

 Hechos1:8  pero recibiréis poder,  cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,  y me seréis testigos en Jerusalén,  en toda Judea,  en Samaria,  y hasta lo último de la tierra.

¡Pues no alcanzarían a evangelizar Jerusalem que ya estarían divididos como para salir juntos a Samaria, y menos hasta lo último de la tierra!

Las iglesias del Nuevo Testamento crecían, porque estaban unidas. No eran perfectas, había errores y pecados, sin embargo los primeros cristianos eran de “un solo corazón” y tenían todas las cosas en común. (Hechos 4:32).

No mucho tiempo después, como sabemos empezaron a decir “yo soy de Pablo, yo de Apolos…”(1Corintios 1:12).

Ser separatista es un gran mal en la iglesia de Cristo. Alguno dirá: ¿Nunca escuchó acerca de la doctrina de la separación? A lo cual respondo: ¿Nunca escuchó de la doctrina de la unidad?.

No estamos hablando aquí de una perversión de la doctrinas de la gracia, ni ningún punto cardinal de la fe cristiana. Estamos hablando de la forma práctica de exponer ciertas doctrinas, y llevarlas a tal punto que rompa la unidad entre verdaderos hermanos en Cristo. ¡Muchas veces los reformados que tanto énfasis hacemos en las “doctrinas de la gracia”, solucionamos nuestras diferencias con poco o nada de gracia!

No debemos ser ni inclusivistas ni separatistas, debemos ser cristianos bíblicos que busquen un equilibrio entre la verdad y la unidad del cuerpo, y que por sobre todo honre a Dios.

Toda separación a los ojos del mundo es de tropiezo. La impaciencia carnal juega en contra de la unidad de las iglesias locales. Los puntos de vista se imponen por encima del corazón del evangelio. Muchos se jactarán de ser tan bíblicos como para dividir el cuerpo de Cristo. A veces ser rinde servicio al Enemigo de la iglesia, con la doctrina en mano. Todo depende de la actitud.

 

¡Dios nos ayude a tratar nuestras diferencias con misericordia!

 Mateo 12:7  Y si supieseis qué significa:  Misericordia quiero,  y no sacrificio,  no condenaríais a los inocentes.

Alejandro Riff