Mas acerca de aquel día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo. (Mateo 24:36)
Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir. (Mateo 25:13)
Pero de aquel día y de la hora, nadie sabe; ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. (Marcos 13:32)
DE SECTAS Y HOMBRES APOCALÍPTICOS…
Los líderes de las sectas más famosas del mundo han puesto fecha a la segunda venida de Cristo. Los Testigos de Jehová lo hicieron en 1914, 1918 y 1925. Luego de perder adeptos por la «desilusión» aprendieron a no poner más fechas. Sin embargo, 50 años después (no pudieron con su genio) y volvieron a poner fecha (en 1975). Luego del ridículo histórico, concluyeron que la venida de Cristo que anunciaron no era «visible», sino espiritual en el cielo (llevando todo el asunto al terreno de lo improbable). Contrario a lo que se esperaría, la popularidad de los Testigos de Jehová caía con la desilusión, pero luego aumentaba años más tarde. Por otro lado, los mormones anunciaron la venida de Cristo en 1891 y a pesar de sus falsas profecías, siguen construyendo templos vacíos en todo el mundo con dinero de Utah (EE.UU.) al mejor estilo de una franquicia de MacDonald’s. Luego están los adventistas, con su anuncio del fin del mundo en 1843 y 1844 y, sin embargo, toda la estructura sigue en pie, a pesar de que todo quedó registrado como «el gran chasco«. Luego el movimiento neoevangélico con sus múltiples profetas han anunciado tantas veces la segunda venida que no vale pena recoger nombres y fechas.
¿DENTRO DE LA «SANA DOCTRINA»?
Luego, dentro de las filas de «la sana doctrina» (aunque no para quien escribe) tenemos a Armando Alducín poniendo fechas a la segunda venida en dos oportunidades. Luego arrepintiéndose públicamente de su fallo (eso es bueno), no obstante siguiendo con su ministerio de enseñanza como si nada hubiera pasado (eso es malo). Muchos han tomado el arrepentimiento de Alducín «y su sinceridad» como una forma justificable de continuar con su ministerio de enseñanza. A los pastores o líderes que piensan así yo les preguntaría: Si tuvieran un miembro Youtuber que anuncia la segunda venida de Cristo poniendo fecha, ¿lo disciplinarían? ¿Qué sucedería si lo hace más de una vez? Si a esto le sumamos que el alcance de la noticia se esparce por Latinoamérica, ¿no tendría disciplina alguna simplemente porque su arrepentimiento fue sincero? Lo mínimo sería que cierre su canal por un año (¡cuándo menos!). Sin embargo, el Dr. Alducín sigue con su ministerio sin al menos tener una disciplina por estos errores tan gruesos, ¿a quién rinde cuentas? ¿Está por encima de la iglesia local? Si justificamos esto debemos replantearnos qué es la «sana doctrina».
EL ERROR DE PONER FECHA A LA SEGUNDA VENIDA
Nadie en su sano juicio hermenéutico diría que cuando Cristo dijo «el día y la hora» daba lugar a que sí sabríamos el año. Al decir «el día y la hora», es una expresión para decir «momento de tiempo» (fecha). Sí, por supuesto, uno tiene que ver las señales de los tiempos para ver el progreso de los acontecimientos de la segunda venida, no obstante, el poner fechas o años específicos ha sido el error de las sectas, pero no del cristianismo histórico. La expectativa del creyente en todas las épocas era esperar a Cristo viniendo por Su Iglesia.
Suponiendo que «aquel día» en Mateo 24:36 se refiere a la segunda venida de Cristo (y no a los acontecimientos de la destrucción de Jerusalén, como algunos buenos comentaristas afirman), el texto nos dice que es un conocimiento privativo del Padre. Lo mismo en Marcos 13:32, donde se vuelve a afirmar que ni los ángeles saben esto, ni tampoco el Hijo (claro está, en su parte humana, no divina en ese momento). Todo el conocimiento que pudiera tener Cristo de las cosas futuras es por lo que le revelaba su divinidad1Ver comentario de John Gill a Marcos 13:32. John Gill (Kettering, 1697-Camberwell, 14 de octubre de 1771) fue un pastor bautista inglés, erudito en hebreo y teólogo calvinista.). Por lo tanto, todo aquel que se arroga conocer la fecha de la segunda venida incurre en los siguientes errores:
- Ostenta tener un conocimiento que solo pertenece a la Deidad.
- Se considera superior a los ángeles (pues ni ellos mismos saben la fecha de esto).
- Se considera superior al resto de sus hermanos en Cristo, siendo una especie de «elegido de Dios» quien tiene un conocimiento secreto que nadie más tiene.
- Ignora las evidentes declaraciones de las Escrituras que advierten que esto no se puede hacer (desobediente a la Biblia).
- Queda alineado con los grandes «chascos históricos» y en compañía de los falsos profetas fundadores de sectas que conducen a millones al error y a alejarlos del Evangelio.
CONSECUENCIAS
Ya vemos las consecuencias nefastas que desencadenan las sectas, pero ¿qué de aquellos que ponen fecha dentro de la iglesia evangélica? (Caso Alducín y otros que sin duda vendrán).
Creo que arrepentirse es una señal esperable de un cristiano, pero tal persona o ministerio debería retirarse de la enseñanza pública. Si esto lo hace un pastor de una iglesia reformada sería removido de su cargo. Pero «los influencers» cristianos parecen estar por encima de la disciplina de cualquier iglesia local (si es que se ponen bajo disciplina alguna). Si este tipo de cosas no tiene disciplina alguna, creo que estamos rebajando el concepto de la sana doctrina y estamos menospreciando ministerios que sí lo son, los cuales llevan décadas de coherencia en sus enseñanzas.
CONCLUSIÓN
La pasión por la escatología se vuelve un «becerro de oro» en muchos casos, y los excesos saltan a la vista. El sensacionalismo que causa poner fecha a la segunda venida es algo de lo cual se valieron grandes engañadores. Si alguien lo hace por «sinceridad y amor al Señor», que no se engañe; el mayor amor al Señor es guardar su Palabra no contradecirla (Juan 14:23). El pueblo del Señor debe estar «orando y velando» (Marcos 13:33) y no «especulando» frente a la segunda venida de Cristo. La idea bíblica es estar expectantes de la venida de nuestro Amado Señor todos los días y no en una fecha específica. Aunque parezca paradójico, poner una fecha a la venida de Cristo produce lo contrario a lo que la Biblia quiere despertar en el creyente en cuanto a la expectación diaria por el Esposo que viene por Su iglesia.
El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén. Sí, ven, Señor Jesús. (Apocalipsis 22:20)
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