¿DIOS DE VENGANZA O DE AMOR?

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¿DIOS DE VENGANZA O AMOR?

Una respuesta cristiana al ateísmo y la crítica moral de la Biblia
¿Es el Dios de la Biblia un Dios vengativo?
El ateísmo ha esgrimido históricamente este tipo de preguntas para luego contestarlas
con las más crudas mentiras, tomando partes de la Biblia, fuera del contexto general.
Recientemente, el escritor portugués Saramago, declarado ateo, ha desatado una
polémica en torno a su nuevo libro: «Caín».
«el autor calificó a Biblia de «manual de malas costumbres» y la tildó de «catálogo de
crueldades y de lo peor de la naturaleza humana».
(Fuente: www.elperiodico.com)
Por supuesto las reacciones se centran en «demonizar» a Saramago, y todas las
defensas «cristianas», tienen como punto principal repudiar la persona del escritor.
Pero nos preguntamos ¿Es esto acaso una buena defensa de la fe cristiana?
La respuesta es no. Hay que sacar a Saramago de la escena y concentrarnos en lo
que escribió, cuyo argumento de ataque a la Biblia, no es nada nuevo.
El racionalismo del sigo XVIII ya argumentaba que: «El Dios del Antiguo Testamento
era un Dios cruel y vengativo». A esta corriente se la denomina “Crítica Moral”.
Por eso, lo de Saramago no es nada nuevo, pero por supuesto la polémica que
desata, suma a la popularidad del escritor (aunque sea a fuerza de críticas).
Por eso, analicemos brevemente estos pensamientos ateos, y traigamos luz al asunto,
para que cualquier persona que esté en camino de este tipo de ateísmo, pueda
comprender realmente que tiene un Dios de amor (y no de odio) que envió a su Hijo
Jesucristo para rescatarlo de su pecado y perdición.
La mejor contribución que podemos hacer al reino de Dios antes hechos como este,
no es “rasgarnos las vestiduras” (que de poco sirve), sino de poner el alto el mensaje
del evangelio, para salvación de aquellos que creerán.
Una acción evangelística es la mejor defensa contra el ateismo más que una acción
simplemente apologética.
EL ANTIGUO TESTAMENTO
Algunos argumentan que el Dios del Antiguo Testamento es distinto al del
Nuevo Testamento diciendo que hay un marcado contraste entre ira y
misericordia.
Esto no es así, es el mismo Dios, y es el mismo carácter.
¿Pero que diremos de este texto del AT?
Deuteronomio 32:35 Mía es la venganza y el pago…
Un ateo tomará este versículo aislado para demostrar esta faceta de Dios.
¿Pero que dice el versículo que sigue?
Deuteronomio 32:36 Porque Jehová juzgará a su pueblo, y por amor de sus
siervos se arrepentirá…
¡Ahí está la misericordia de Dios en medio del juicio y su amor en medio del
castigo!
¿Pero que dice el contexto además?
Deuteronomio 32:39 Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo: yo
hago morir, y yo hago vivir: yo hiero, y yo curo: y no hay quien pueda librar de
mi mano.
El mundo ateo no puede concebir a Dios en su doble faceta:
1) DIOS ES JUCIO Y CASTIGA EL PECADO
2) DIOS ES AMOR Y PERDONA EL PECADO
Dios es consecuente con si mismo, y no puede dejar el pecado sin castigo.
Durante todo el Antiguo Testamento anunció aquel mesías que sufriría nuestro
castigo. Hablando de Cristo dice:
Isaías 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros
curados.
¿Hubo matanzas en el Antiguo Testamento?
Por supuesto que sí, pero el punto es ver no el hecho aislado, sino el contexto
de gracia, y su proyección histórica.
Un crítico moralista diría:
“Mirad el diluvio, como Dios ahogó a todo el mundo, grandes y pequeños…”
Pero se olvida que en el arca se salvaron ocho personas que creyeron a Dios
(1Pedro 3:20)
También se olvida de la incredulidad y la maldad de la tierra:
Génesis 6:5 Y vio Jehová que la malicia de los hombres era mucha en la tierra,
y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo
solamente el mal.
¿Podrían haber subido al arca si creían? Por supuesto que sí.
De la misma manera los críticos de la Biblia muestran la destrucción de
Sodoma y Gomorra, pero se olvidan de mencionar que Dios rescató a Lot y su
familia (Génesis 19).
O hablan de la destrucción de la ciudad de Jericó, pero no ven la misericordia
de Dios para Rahab una ramera, que “creyó” y fue salva con su familia (Josué
6).
Así podríamos multiplicar las historias y llegar a la conclusión que:
“Dios hace morir y hace vivir, Dios hiere y también cura”.
No podemos separar el juicio de Dios del amor de Dios.
Los crítico morales enfatizan el juicio, presentando al mundo un Dios solamente
vengativo.
Por otro lado el liberalismo del siglo XXI presenta solo el amor de Dios, sin
mencionar que el odia el pecado y lo castiga.
Y al no predicar contra el pecado, se predica un cristianismo falso, carente de
arrepentimiento, y por ende no alcanza la salvación en Cristo.
Por eso, los dos extremos llevan a la perdición de las almas con un falso
mensaje.
El pecado merece castigo, por lo tanto merecemos toda la ejecución de la ira
de Dios y de su venganza.
Pero por otro lado, Dios mismo asume en su misericordia la solución para que
no muramos: Envía a su Hijo Jesucristo para que sufra el castigo en lugar
nuestro ¿No es esto maravilloso?
Todos aquellos que ponen su fe y se refugian en Cristo, la ira de Dios no los
alcanza.
Pero aquellos que detestan a Dios o le niegan, están desprovistos de la
salvación que es en Jesús.
Los que creen en Cristo son como los que subieron al arca antes de la
inundación o escaparon de la destrucción saliendo de la ciudad.
Los incrédulos son aquellos que levantan su puño contra Dios, y se hunden en
la perdición.
El infierno será el fin de sus vanas filosofías y de sus pensamientos que
pretenden ser más justo que Dios.
El que ama sus pecados acusará a Dios de injusto.
El que quiere librarse de la condenación acudirá a Cristo.
Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte; mas la dádiva de Dios es
vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
EL NUEVO TESTAMENTO
1Juan 4:8 Dios es amor.
Esta parecería ser una máxima del Nuevo Testamento, pero no nos olvidemos
que Dios es también amor en el Antiguo Testamento.
Jeremías 31:3 Jehová se manifestó a mí ya mucho tiempo ha, diciendo: Con
amor eterno te he amado; por tanto te soporté con misericordia.
Desde la eternidad Dios es amor.
Lo que sucede en el Nuevo Testamento, es que el Hijo de Dios bajó al mundo a
manifestarnos ese amor de una manera personal.
El mensaje del Nuevo Testamento es la revelación consecutiva del Dios del
Antiguo Testamento.
Es un solo libro, Palabra de Dios.
Y es el carácter de un único Dios, que fue revelándose en forma progresiva.
Juan 1:17 Porque la ley por Moisés fue dada; mas la gracia y la verdad por
Jesucristo fue hecha.18 A Dios nadie le vio jamás: el unigénito Hijo, que está
en el seno del Padre, él le declaró.
La ley y la gracia no son enemigos, por el contrario, son parte de un mismo
plan de Dios.
La ley nos muestra el pecado, el juicio y castigo de Dios.
La gracia nos muestra la misericordia de Dios en su escogimiento en Cristo
Jesús.
Tito 3:5 no por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su
misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración, y de la renovación del
Espíritu Santo;
La ley de Dios (que habla del pecado y castigo) fue dada para que
reconozcamos nuestra condición de pecadores y de esta forma llevarnos a
Cristo, y entender de esta forma, que no son nuestras obras las que pueden
salvarnos; sino la fe depositada en El.
Gálatas 3:24 De manera que la ley nuestro ayo fue para llevarnos a Cristo,
para que fuésemos justificados por la fe.
CAIN Y ABEL
El escritor Saramago dice (respecto a la historia Bíblica de Génesis capítulo 4):
“Caín es humillado por Dios y mata a su hermano al no poder matar a Dios“.
Los ojos ateos no pueden entender la cuestión de fondo del suceso.
En primer lugar Dios no humilló a Caín en un sentido despiadado.
La Biblia dice que Dios miró con agrado a Abel pero: “no miró propicio a Caín y
a la ofrenda suya”.
Prestemos atención, a que no es solo cuestión de la ofrenda que trae Caín sino
del espíritu y actitud de Caín.
La Biblia nos da dos elementos, pues dice que Dios no vio propicio a “Caín y
su ofrenda”.
Dios le dijo:
Génesis 4:6…¿Por qué te has ensañado, y por qué se ha inmutado tu rostro? 7
Si bien hicieres, ¿no serás ensalzado? y si no hicieres bien, el pecado está a la
puerta: con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.
¿Qué es lo que hizo mal Caín?
No entendió cual era el propósito de la ofrenda a Dios.
Dios no necesita de nuestros esfuerzos. En el plano material lo mismo le daría
un becerro (como presentó Abel) o el fruto de la tierra (como presentó Caín).
La diferencia radica en la ofrenda de Abel tenía un significado no material, sino
espiritual.
El sabía que cuando sus padres, Adán y Eva pecaron, Dios sacrificó un animal
para vestirlos.
En la muerte de una oveja, estaba implícita la muerte por sustitución.
Estaba evidenciada la paga del pecado, y por otro lado Aquel que moriría por
el pecado de la raza humana.
En otras palabras, la ofrenda de Abel estaba relacionada con Cristo.
La ofrenda de Caín era solo el fruto de la tierra, sin ninguna connotación
espiritual.
La ofrenda de Abel era la fe, la ofrenda de Caín era el materialismo.
Dios le dijo: “Si bien hicieres, ¿no serás ensalzado?”
Caín tenía la oportunidad de hacer las cosas bien, y esto es, que tenía que
amar a Dios y humillarse delante de El.
Su ofrenda podía ser hecha con la fe en Dios, y no en su mente carnal.
El ateo dice: “Caín mata a su hermano Abel porque no puede matar a Dios”.
A pesar que está dicho para afrentar a Dios, ese pensamiento tiene cierta
verdad.
El ser humano en su estado de pecado y odio trataría de matar a Dios.
¡Y como no puede, escribe libros en contra de El, para que otros odien a Dios!
Así como Caín no pudo ver que detrás de la ofrenda de Abel había un profundo
significado de la salvación en Cristo; el ateo no puede ver en esta historia, la
misericordia de Dios, y la segunda oportunidad de Caín (y cuantas otras
oportunidades Dios le habría dado).
Solo ve el fratricidio y la muerte.
La ofrenda de Abel, trasciendo a su propia muerte, porque no tenía relación
con él, sino con Cristo, por lo tanto es un testimonio.
Hebreos 11:4 Por la fe Abel ofreció a Dios mayor sacrificio que Caín, por la cual
alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio a sus presentes; y
difunto, aún habla por ella.
LA GRACIA EN CRISTO
Mateo 5:38 Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
39 Mas yo os digo: No resistáis al mal; antes a cualquiera que te hiriere en tu
mejilla diestra, vuélvele también la otra; 40 y al que quisiere ponerte a pleito y
tomarte tu ropa, déjale también la capa; 41 y a cualquiera que te cargare por
una milla, ve con él dos. 42 Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti
prestado, no se lo rehúses. 43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y
aborrecerás a tu enemigo.44 Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos,
bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por
los que os ultrajan y os persiguen;
El Señor Jesús hace un paralelismo entre el Antiguo Testamento y sus dichos,
dando una nueva revelación.
El no contradice el Antiguo Testamento, pues bien lo advierte:
Mateo 5:17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas: no he
venido para abrogar, sino a cumplir.
El Señor no vino a anular la ley del Antiguo Testamento sino a cumplirla en si
mismo.
¿Quién podía guardar la ley? Solamente Aquel que no tenía pecado: Jesús.
Aquel que no tenía pecado se hizo pecado muriendo en la cruz por nosotros
(2Co 5:21).
Aunque no tenía pecado, el asumió el castigo.
La ley del Antiguo Testamento nos muestra el pecado, y el castigo consecuente
de Dios.
El Nuevo Testamento nos muestra, que somos impotentes (por nuestro estado
caído en pecado) de cumplir la ley, y nos revela la gracia en Cristo.
1Pe 2:22 el cual no hizo pecado; ni fue hallado engaño en su boca;
23 quien cuando le maldecían, no retornaba maldición; cuando padecía, no
amenazaba, sino remitía la causa al que juzga justamente; 24 el cual mismo
llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros
siendo muertos a los pecados, vivamos a la justicia; por la herida del cual
habéis sido sanado
En el pasaje de Mateo 5, Jesús nos muestra la relación que existe entre los dos
caracteres de Dios.
La venganza y la misericordia ambas están en las manos de Dios.
El es toda justicia como lo es también todo amor.
EXHORTACION FINAL
Si eres un hijo/a de Dios, te animo si quieres presentar una defensa en contra
del ateísmo, lo mejor es amarlos y predicarles de la salvación en Cristo.
Que Dios te ayude y te bendiga de poderlo hacer así.
Las siguientes líneas son para alguno que esté en proceso o en declarado
ateísmo.
La Biblia no es el producto de los hombres:
Si pusiéramos a un hombre a escribir un libro religioso de historias fantásticas,
seguramente sus conclusiones serían de los sentimientos propios de esta
humanidad perdida.
La mitología griega y romana nos muestran dioses enfadados luchando entre sí
o castigando al hombre por gusto.
La sabiduría oriental nos habla de una autosuperación propia.
El racionalismo niega a Dios, y se hunde en el fatalismo.
Para todos estos sistemas de creencias hay una palabra que no encuadra, y
es: GRACIA.
Ningún sistema o religión inventada por el hombre posee el concepto de gracia.
¿Acaso encontramos en los escritos históricos, acerca de un Dios que haya
ideado un plan de salvación, que describe el castigo por el pecado, pero que
además dicho castigo lo haya sufrido El mismo?
Que por un lado emita el juicio y castigo por el pecado, y que por otro lado por
amor al mundo, El mismo sea el objeto de juicio, y reciba en si mismo el
castigo.
El único libro hallado que hable de esto será la Biblia.
Para los ojos humanos esto es una paradoja no entendible.
Por eso Dios tiene que intervenir y darnos la fe, para entender el concepto de
gracia.
Sin los ojos de la fe, la Biblia es un libro oculto.
A medida que la leemos vamos teniendo fe, y a medida que tenemos fe mas
queremos leer y entender sus verdades.
Romanos 10:17 Luego la fe es por el oír; y el oír por la palabra de Dios
En el estado de ateísmo, abriremos la Biblia, y la dejaremos a un lado diciendo:
Si ese Dios existe prefiero no creer en el.
El intelecto carnal, solo percibe una consecuencia nociva por el pecado y su
castigo, se asusta y desarrolla el ateísmo como un mecanismo de defensa.
De esta forma acusa a la Biblia, de todo lo malo que le pasa al hombre.
Pero ¿Qué acerca de la gracia y misericordia de Dios?
Los ojos de la fe permiten ver en cada página de la Biblia, la gracia en Cristo.
En todo el Antiguo Testamento hay un hilo conductor que nos lleva a Jesús.
El epicentro de la Biblia es su muerte en la cruz y su resurrección.
Cuando Dios ilumina nuestro corazón ocurren dos cosas:
1) Hay un profundo sentir por el pecado, y un genuino arrepentimiento.
2) Se pone fe en Jesucristo y su sacrificio sustituto (hecho en lugar
nuestro).
El Espíritu Santo de Dios es el que obra de esta manera en nuestro corazón.
Por naturaleza somos enemigos de Dios.
Nuestra mala naturaleza no solamente levanta su puño homicida contra Abel
sino también contra Dios.
El inmenso amor de Dios, lo movió a tomar forma humana y venir a vivir entre
nosotros, ¿Y nosotros que hicimos? Dijimos: ¡Crucifícale!
Caín derramó la sangre de Abel por odio y rencor contra su hermano, pero
también contra Dios.
Cristo derramó su sangre también, pero en este caso, no se trató de un
“homicidio accidental”, sino de una ofrenda voluntaria a Dios por nuestros
pecados.
Hebreos 12:24 y a Jesús el Mediador del nuevo testamento, y a la sangre del
esparcimiento que habla mejor que la de Abel.
La sangre de Cristo habla mejor que la de Abel.
La sangre de Abel nos dice: “Esta es la consecuencia amarga del pecado”.
La sangre de Cristo nos dice: “Esta la cura para el pecado”.
El ateísmo se fija en muchos derramamientos de sangre relatados por la Biblia,
para acusarla moralmente.
¡Pero se olvida de aquel derramamiento principal de sangre y que es el tema
principal de la Palabra de Dios!
Col 1:14 en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados.
Estimado amigo/a:
Te invito a recorrer las páginas de la Biblia con los ojos de la fe.
Pídesela a Dios.
Sentirás dolor por tus pecados, pero también el gozo del perdón.
Temblarás ante la imponente justicia de Dios, pero recibirás amparo bajo la
gracia de Cristo.
Conocerás al Dios del juicio y la venganza.
Pero también conocerás al Dios de amor que quiere salvarte.
¡No dejes de conocer a este Dios!
1Jnuan 4:14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al
Hijo para ser Salvador del mundo.15 Cualquiera que confesare que Jesús es el
Hijo de Dios, Dios está en él, y él en Dios.16 Y nosotros hemos conocido y
creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que vive en
amor, vive en Dios, y Dios en él.17 En esto es perfecto el amor con nosotros,
para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos
nosotros en este mundo.18 En amor no hay temor; mas el perfecto amor echa
fuera el temor; porque el temor tiene pena. De donde el que teme, no está
perfecto en el amor.19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
Alejandro Riff