Todos sabemos que el “Papa” es argentino, y su apellido es Bergoglio. Pero muchos cristianos evangélicos (por lo que puedo leer en las redes sociales) están equivocando el rumbo en cuanto a la opinión que tienen formada del líder de la iglesia católica. Podemos empezar haciéndonos una pregunta que muchos quisieran eludir: ¿Es Bergoglio un creyente renacido en Cristo?
Antes de entrar tema, no faltará alguno que con el ceño fruncido y voz solemne diga:
-Hermanos, no debemos juzgar a nadie, eso sólo le corresponde a Dios.
A estos, el apóstol Pablo les dice en 1ra Corintios 6:2 :
“¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo?
Podrá parecer muy espiritual y de caballero decir que no hay que juzgar a nadie, sin embargo, sin ponernos en lugar del único Juez, que es Dios, sí podemos juzgar con la aprobación de la Biblia situaciones y actitudes de los hombres de este mundo de acuerdo a principios basados en las mismas Escrituras.
¿Cómo se salvan las personas?
En el mes de mayo del 2013, el diario Clarín, en una entrevista con Bergoglio, suscita una conversación acerca de cómo salvarse e ir al cielo. Bergoglio venía hablando que “hay que hacer el bien”, a lo cual el periodista le dice: –Pero yo no creo, padre, yo soy un ateo. Bergoglio contesta: –No importa, haz el bien, nos encontramos allá” (se refiere por “allá” al cielo).
Según Bergoglio, la salvación es universal, como dijo en la misma entrevista: “El Señor nos ha redimido a todos con la sangre de Cristo. ¡A todos, no sólo a los católicos! ¡A todos!”.
Vemos que su teología es de una redención universalista e inclusivista, dicho en forma más fácil, para él todo el mundo está salvado (incluso si es ateo) y practicando el bien podrá ir al cielo. El mundo de Bergoglio es un mundo ya salvado, donde la separación de Dios sólo está en no ejercer obras de bien.
Nada más contrario a lo que la Biblia enseña, Jesús dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Uno no puede encontrarse con un ateo y decirle: “Mira, no importa que no creas en Cristo, él de todo modos ya te salvó, solo ve y practica el bien”.
Lisa y llanamente: ¡Eso no es el Evangelio, es el antiguo engaño de la “salvación por obras” de la iglesia católica! Pues el Señor Jesús dijo: “… el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios”. Vemos por lo tanto en la mente de Bergoglio una idea contraria a la Biblia y que menosprecia la persona Cristo como único camino a Dios, y que pone las obras por encima de la fe.
La interpretación de la Biblia
“El obispo de Roma se refirió también a la constitución dogmática «Dei Verbum», sobre la revelación divina, adoptada por el Concilio Vaticano II, y precisó que todo lo que concierne al modo de interpretar las Escrituras está sometido en última instancia al juicio de la Iglesia. (Fuente: http://www.telemadrid.es).
Uno de los principales bastiones de la Reforma protestante fue creer en el “sacerdocio universal de los creyentes”(1Pedro 2:9). Es decir, cada creyente puede ir con la ayuda del Espíritu Santo a las Escrituras. Si bien en la iglesia evangélica hay “declaraciones de fe” de ninguna manera estas son la última autoridad, sino que la Biblia misma lo es. Y por supuesto, la Biblia no está sujeta a la interpretación privada de un grupo de hombres, en este caso de una institución: La Iglesia Católica como autoridad final.
Orando a la virgen María:
Esta es una oración de Bergoglio antes de ser “Papa”, en la ciudad de Luján el 2 de octubre del 2011:
-Madre querida de Luján: tus cuidados los intuyen tus hijos. Los conocemos todos. Estos hijos que han venido caminando hasta tu casa, Madre. Algunos no pudieron pero están con el corazón aquí; es la ocasión y es el sentido que nos hace sentir a todos como pueblo que vos nos protegés.
No se puede negar que la oración es una forma de adoración. Nadie podría “orar a una persona” sin reconocer atributos divinos en ella. Como es la costumbre católica, Bergoglio no escapa de la famosas oraciones a la virgen María, así como de sus populares peregrinaciones, en este caso de la famosa “Virgen de Luján”. Dios es el único digno de recibir adoración, y oraciones (Mateo 4:10) pero no es de extrañar que el nuevo “Papa” siga con la tradición católica de interponer a la virgen María entre Dios y los hombres como elemento de mediación e invocando su “protección”.
POR SUS FRUTOS LOS CONOCEREIS
El verdadero creyente termina dejando el catolicismo.
Muchos reformadores en el siglo XVI denunciaron los abusos de la iglesia católica, la mentira de la venta de indulgencias y la prohibición de que la Biblia sea leída por el pueblo en su propio idioma. Al principio, sólo querían “reformar” la iglesia católica, si salir de ella. Pero muchos monjes católicos al despertar al evangelio, el tiempo les demostró que no podían convivir con el error y la idolatría y, como consecuencia inevitable, salían de la iglesia católica siendo perseguidos por la inquisición. No podían como creyentes convivir con las cosas de Dios y a la vez con los ídolos (2da Corintios 6:16).
Si Bergoglio fuera creyente dejaría la silla central de Roma.
La sangre de los mártires.
Hay demasiados sucesos históricos de aquello mártires que dieron su vidas por defender la verdades bíblicas fundamentales para la salvación, dejando en evidencia la falsa doctrina del catolicismo. Miles de cristianos que ardieron en la pira nos testifican hasta hoy de su amor por Jesús, amor hasta el fin, rechazando la oferta católica que decía: “Si te retractas de tu fe, salvas tu vida”.
¿En qué ha cambiado la Iglesia Católica a través de los siglos? ¿Es menos idólatra? ¿Abandona sus ritualismos para predicar la fe verdadera? ¿Da el lugar a Jesús como el único mediador entre Dios y los hombres?
Conclusión:
Muchos líderes evangélicos han estrechado la mano de “Francisco”, considerándolo como si fuera alguien que va a trabajar a la par con ellos en predicar el verdadero evangelio , un “hermano” diferente, un pastor del mismo redil. Apareció en marzo del 2013 asomándose a la plaza San Pedro y diciendo con voz alegre: -Fratelli e sorelle buonasera (-Buenas noches hermanos y hermanas), y con esto metió en su bolsillo a muchos evangélicos.
Para algunos basta que una personalidad piadosa (sin importar que predique o piense contrario a la Biblia) es motivo suficiente para recibirlo con los brazos abiertos. Creo que de los últimos “Papas” de la historia, este será el mas ecuménico, por eso estimo que muchos “evangélicos” pueden engañados por esta nueva modalidad de Roma que viene con traje de cordero hecho a medida. Dejarán de predicar en contra de la idolatría católica, y se abrazarán juntos bajo el lema: “Somos todos hermanos, la redención es universal, hagamos el bien, nos vemos allá”.
Pero el Señor seguirá clamando respecto a Babilonia: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas” (Apocalipsis 18:4).
Como verdaderos creyentes tenemos que juzgar justo juicio, tenemos que discernir el error con nuestra fuente de autoridad que son las Escrituras.
Ese “simpático viejito bonachón” con acento argentino que le gusta el futbol y el asado, que dice que hay que salir a evangelizar a las calles, no ha dejado los ídolos, ni ha dejado la silla como “vicario de Cristo en la tierra”, ni todos los errores del catolicismo.
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
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