¡Ante de ser pastor o misionero debes saber usar una pala!

¡Ante de ser pastor o misionero debes saber usar una pala!

El famoso misionero a los caníbales, Jhon Gibson Paton, evangelizó las tribus de la islas Nuevas Hébridas, al este de Australia y Nueva Zelanda.

Pasó mucho tiempo predicando el Evangelio a los indígenas en Aniwa sin mucho resultado. Como Paton sabía, la provisión de agua potable para la tribu era un problema de supervivencia, así que en vez de seguir predicándoles, en un momento tomó una pala y empezó a cavar un pozo.

Los nativos le preguntaron: -¿Para qué cavas un pozo? A lo que Paton respondió: –Pues, para sacar agua. Los habitantes de la isla se rieron de él diciendo que «el agua solo viene del cielo«.  Pero grande fue el asombro de ellos cuando después de mucho esfuerzo el misionero halló agua en una napa.

Según dicen, este «descubrimiento» motivó a los nativos a ganarse el respeto de Paton, el cual les siguió predicando el Evangelio, solo que ahora con un público más atento a su mensaje.

Sin duda la preparación teológica de Paton en el seminario de Dumfries, Escocia, lo ayudaron en su tarea espiritual, pero cabe notar que sus trabajos previos en la vida secular (pasó mucho tiempo en la fábrica de su padre) lo ayudarían a saber cómo «manejar una pala».

Misioneros y pastores de escritorio

Sabemos que un buen seminario no suplanta el llamamiento del Señor, pero sí ayuda a perfeccionar y capacitar a un hombre (que tiene un llamado a servir como pastor o misionero) en asuntos teológicos. La pregunta es: ¿Es necesario algún tipo de preparación secular? Digamos metafóricamente «usar la pala».

Si el futuro misionero o pastor no se ha golpeado en la vida, y no sabe lo que es trabajar bajo el látigo del Faraón no comprenderá mucho a lo que están en similar situación.

Preparar un par de  sermones semanales, orar, visitar y hacer consejería pueden devastar a una persona que relativamente se ha esforzado poco en la vida.

Una visión de un mundo perdido en pecado, con sus dificultades, penurias y miserias rara vez pueden ser captadas desde un escritorio o despacho pastoral. La evangelización se vuelve más efectiva cuando el mensajero tiene algo de barro en sus zapatos.

La Biblia nos da ejemplo de «los que usaron la pala»

Moisés pasó 40 años en el palacio de Faraón, pero Dios le preparó otros 40 años cuidando las ovejas de su suegro en el desierto antes de ser el gran guía de Israel (Ex. 3:1).

El principal rey de Israel, David, fue un trabajador «tomado detrás del ganado» (1 Cr. 17:7).

El gran profeta Eliseo fue llamado por Elías mientras ¡estaba arando con nada menos que 12 yuntas de bueyes! (1 Re. 19:19).

Pedro antes de ser pescador de hombres, fue un esforzado pescador de peces (Lc. 5:10).

Esto sin contar que aquel que fue el Salvador del mundo pasó 30 años en una carpintería.

¿Aún te quedan dudas sobre cómo usar la pala?

 

Alejandro Riff