Un evangelio práctico

Un evangelio práctico

Juan 4:16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. 17 Respondió la mujer, y dijo: No tengo marido. Le dijo Jesús: Bien has dicho: No tengo marido; 18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en esto has dicho la verdad. 19 Le dijo la mujer: Señor, veo que tú eres profeta.

Si hay algo para destacar en el evangelio, es que se trata de algo práctico y no una enseñanza teórica.

Jesús se encuentra cierta vez con una mujer de Samaria, (ciudad enemistada con Israel), y mantienen un diálogo en donde esta mujer, empieza a preguntar y argumentar temas religiosos como:

Cual es el lugar verdadero de adoración a Dios (Jerusalem o Samaria), o cuál de los dos pueblos son los verdaderos descendientes de Abraham etc.

Esta mujer no sabía que la persona con quien estaba hablando, era el MESÍAS, el Hijo de Dios, que venía a salvar al mundo de sus pecados.

¡Ella quería impresionar a Cristo, con su conocimiento, y con una acalorada defensa de su fe religiosa!

Pero Jesús fue sumamente práctico, le formuló una frase simple, pero que haría reflexionar a esta mujer… le dijo: ¡Llama a tu marido!

El Señor sabía en su omnisciencia (como verdadero Dios que era), la vida promiscua de esta mujer, y quería encaminar a esta alma a una verdadera salvación y sacarla de su engañosa autosuficiencia.

Imaginemos qué sorpresa la de esta mujer cuando Cristo le dice claramente (sin haberse encontrado nunca antes): Cinco maridos has tenido, y el actual… no es tu marido.

Así también hoy día vemos a muchas personas hablar de religión, de la Biblia, y de Cristo, pero que su vida no es acorde a la «santidad del evangelio.»

Son muy vehemente a la hora de exponer sus ideas, y muy fogosos en la defensa «de lo que creen», pero en sus vidas se manifiesta una conducta que no condice con sus «sanos ideales» sino que muchas veces, el pecado es tan evidente a los ojos de los demás, que toda lo que pueda llegar a decir  es persona no tiene el mas mínimo crédito.

Estas clases de personas jamás han entregados sus pecados en arrepentimiento, y su corazón permanece sucio y sin la limpieza de la sangre de Cristo, indispensable para salvación.

¡Ah pero cuando hablan…. hablan maravillas! Sus dichos parecen remontarse hasta el mismo cielo, pero sus vidas, están enterradas en el lodo y el pecado de este mundo.

Saben mucho de esto y de aquello, y están siempre preparados para contestar cualquier pregunta y esgrimir los mas brillantes argumentos.

Pero nada saben de haber experimentado un «nuevo nacimiento en Cristo» y de vivir una vida de «santidad de verdad».

¿Eres tú esta clase de persona?

¡Terrible juicio de Dios recaerá sobre tu vida sino te arrepientes!

Dios quiere salvarte, El sabe que nada vale que tus labios profesen una fe, la cual tu corazón desconoce.

¿Quieres discutir al respecto?  ¿Quieres exponer tus auto-justificaciones ?

La Palabra de Dios, no obstante, sigue señalando tu pecado (tu lo sabes; Dios lo sabe).

Es hora dejar de hablar y teorizar, para empezar a vivir la verdadera vida cristiana.

Porque el evangelio, no es teoría,sino una vivencia.
No es mera habladuría, sino un corazón transformado por Cristo.
Vívelo hoy.
 
1 Juan 3:9 Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 
Alejandro Riff