Sofismas: el arte de los falsos maestros

Sofismas: el arte de los falsos maestros

2Pedro 1:16  Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.

El engaño se transforma en un arte en la boca de los falsos maestros. Hace más de 2.000 años el apóstol Pedro nos advertía que había personas que presentaban a la iglesia primitivas sus «fábulas artificiosas», mientras ellos, por el contrario, predicaban la pura Palabra de Dios.

El término griego utilizado para «artificioso» es sofizo. Tenemos en español una palabra emparentada cuyo término es «sofisma», que también deriva del griego, y su significado es:

Premisa o argumento falso, formulado con el deliberado propósito de engañar a otro. El término se refiere específicamente a los raciocinios que aparentan ser correctos pero que, desde la perspectiva lógica, no lo son y pretenden inducir al error.

Un ejemplo de sofisma: Observo que el gallo canta y sale el sol. Por lo tanto el gallo hace salir el sol.

El argumento es lógico en apariencia, pero se puede ver su ingenuidad a simple vista.

La gente que no lee la Biblia y la estudia a conciencia es fácil de convencer por medio de sofismas. Este es un ejemplo de un conocido falso maestro:

Guillermo Maldonado sobre Gálatas 6:7:
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” (Gal 6:7) Cuando usted le da a otros (en adición a su diezmo), usted está sembrando una semilla que Dios mismo cuidará para que produzca una cosecha financiera. No sólo eso, sino que la medida de su bendición financiera está directamente relacionada con el nivel de su generosidad financiera. (Extraído de su propio sito web).

Ahora si lees el versículo siguiente, el 8, verás que no habla de una «cosecha financiera», solo basta entenderlo en contexto.

8  Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

El texto habla de aquellos que viven en pecado, es decir, «siembran para la carne» y cosecharán la condenación que merece a su corrupción, y por otro lado de aquellos que «siembran para el espíritu», es decir, que ponen su mirada en las cosas espirituales para escuchar la voz de Cristo para salvación (v.17).

En este sencillo ejemplo un falso maestro transformó un precioso versículo de salvación en un mero pensamiento materialista de si «yo doy a Dios, Dios me da más». Los falsos maestros buscan distorsionar el evangelio y enseñar sus fábulas y leyendas para su provecho propio.

Quizá en tu ciudad haya como en la mía iglesias grandes, medianas o pequeñas que predican cada día sofismas similares. Son sucursales de diferente tamaño, pero del mismo error.

Hay tres cosas que suceden cuando un predicador distorsiona la interpretación bíblica por medio de sofismas:

1) Quitan todo efecto redentor (para el perdido) o santificador (para la iglesia).
2) Es una ofensa a la Palabra inspirada por el Espíritu Santo (ya que distorsiona su significado).
3) No glorifica a Cristo, sino al hombre (una ofensa a Cristo y su evangelio).

Se cumple también lo dicho por el apóstol Pablo: 2 Timoteo 4:4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.

¿Aprendiste por medio del contexto bíblico a identificar sofismas? Entonces no puedes estar más a los pies de un falso maestro que te lleve al error, sea popular o desconocido. ¡Aléjate de ellos!

Acércate a pastores que den al pueblo la Palabra de Dios no adulterada ni mezclada con sofismas.

Jeremías 3:15  Y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia.

 

Alejandro Riff