¿Qué es el resurgimiento de la «predicación expositiva» ?

¿Qué es el resurgimiento de la «predicación expositiva» ?

Entiéndase que al hablar de «predicación expositiva» no estamos tratando con un método novedoso de predicación ni con algo «de moda», sino que se trata de la antigua (e histórica) manera de cómo predicaron los pastores de todos los tiempos.

Sucede que el alejamiento de las Escrituras y la falta de preparación teológica de los líderes de la iglesia evangélica de hoy llevó a que el púlpito (si acaso se conserva en algunas iglesias), se transforme en el discurso de anécdotas, mensajes motivadores y hasta herejías. Esto está profetizado en la Biblia: «apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas» (2 Timoteo 4:4).

Lo más fácil para entender lo que no es la predicación expositiva es dar ejemplos.

EL MENSAJE «BUENA ONDA»

El aquel mensaje que toma el pasaje bíblico y lo utiliza para motivar o levantar el ánimo de la gente. Es el clásico «David y Goliat» donde tú te transformas en el David que vence «al gigante» de las adversidades, problemas y depresiones. Es el «sí se puede» que corea el mundo. Te levantas de tu asiento pensando que eres el campeón o el guerreo/a de Dios. Piensas que Dios está de tu lado y todo te irá bien. Luego a llegar a la mitad de semana tu mundo vuelve a desmoronarse, ¿por qué?, porque no recibiste nada de un mensaje que tenga que ver con Cristo como centro, que te confronte con tus pecados que debes cambiar, ni nada acerca de la santidad de Dios. No recibiste los ricos pastos de principios bíblicos sólidos y duraderos que permanecerán el resto de tu vida, sino solamente «heno y hojarasca motivacional» que no te alcanza para llegar al martes.

EL MENSAJE DE PROSPERIDAD

Bien no fuiste el domingo al casino o al bingo, pero fuiste a una iglesia en la que se te dijo: «Da a Dios y Él te dará más«. ¿Acaso no es el mismo engaño?  Estos mensajes mueven tu avaricia y haces que te postres ante el «dios de las riquezas» antes que llevar el corazón al pie de la cruz del Salvador. No se pueden comprar las bendiciones de Dios con dinero. Todo lo que hace el verdadero Dios en la vida del creyente, lo hace por pura gracia. Además la Biblia dice: «Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.» (Col 3:2). Lamentablemente pasas la semana con tu mirada en «las cosas de esta tierra» para ir el domingo a la iglesia y te prediquen «más de las cosas materiales». Esto, ni por asomo, tiene que ver con el Evangelio que está en la Biblia. Esto es claramente un falso evangelio.

EL MENSAJE LLUVIA DE VERSÍCULOS

Este tipo de mensaje a veces es dado en iglesias «conservadoras» (no de las que piden dinero o cuentas chistes desde el púlpito), pero igual se han desviado de lo que es una verdadera predicación. Son esos sermones donde el predicador cita 30 versículos. Te lleva de un lado al otro y terminas mareado. Cuando termina el sermón y te preguntan: ¿De qué habló el pastor? La respuesta es: Habló de la Biblia. Pero es obvio que no puedes identificar a dónde clavó la flecha ¡porque fue una lluvia de alfileres! Citar mucho versículos (por más que estén relacionados) sin la exposición clara de los pasajes no es predicar. Cualquier persona podría hacer lo mismo en su casa con una concordancia bíblica sin necesidad de ir al culto.

EL MENSAJE ACADÉMICO

No es muy frecuente, pero se da en pastores que tienen cierto acceso a las lenguas originales de la Biblia (hebreo y griego). Piensan que tienen que contar a su público los intrincados tiempos verbales del griego del Nuevo Testamento, buscar la etimología de una palabra hasta el punto de terminar desvirtuando el tema del pasaje. Es decir, como quien dice «se va por las ramas», pero desde un punto de vista académico. Si nos fijamos, el Señor Jesús (quien es toda sabiduría) hablaba a la gente común en un leguaje que podían entender. No estaría mal seguir su ejemplo.

El MENSAJE PARA PASAR EL RATO…

Cuando no hay preparación bíblica del sermón ni el mismo fue forjado en el «yunque de la oración», el mensaje, si bien tiene cierto contenido bíblico, es «rellenado» con anécdotas, temas familiares, algún que otro chiste. Buscar algo qué comer en este sermón es como buscar higos en la higuera estéril que maldijo el Señor. Son esos mensajes donde preparaste un gran plato, pero solo te sirvieron una aceituna. Indefectiblemente te vas con hambre a casa.

¿QUÉ ES UN SERMÓN EXPOSITIVO ENTONCES? 

Es aquel mensaje cuya idea principal emerge de contexto del pasaje bíblico elegido. Es decir que si tienes que ponerle un tema al sermón, es el mismo texto bíblico el que va a sugerir la idea principal. Es lo contrario a elegir un tema para relacionarlo con versículos bíblicos (ese formato sería para un estudio bíblico). El sermón expositivo deber ser central en el culto de adoración de los domingos (primariamente).

¿Qué tareas debe hacer un predicador expositivo con el texto bíblico ante de entregar el mensaje a su congregación? Estos son algunos de los puntos principales (no es exhaustivo):

  • Debe analizar el público original al cual fue dirigido en sus diferente contexto histórico y cultural.
  • Debe tener en cuenta el contexto literario (el texto que rodea al texto además del libro y qué parte de la la Biblia es: Antiguo o Nuevo Testamento).
  • Debe identificar las ideas secundarias, pero que refuerzan la idea principal (contexto homilético).
  • Puede también hacer exégesis desde los idiomas originales (si está capacitado), también debe ver cómo conecta el pasaje con «el todo» de las Escrituras (como una ladrillo en una gran pared).
  • Dado que el centro de la Escritura es Cristo, sin forzar el pasaje debe ver cómo conecta en la historia de la redención.
  • Lo más difícil, debe comunicar y aplicar  ese mensaje a la congregación que tiene enfrente de modo que sea claro y entendible para su edificación (contextualización).

El punto principal…

Mas allá de las cosas mencionadas (hay muchas más) lo principal es saber que uno tiene que dar un mensaje como un embajador de parte de Dios. No es decir ideas acerca del pasaje, sino que es como clavar una flecha en la mente y corazón de las personas, pero esta flecha tiene que salir del corazón de las Escrituras, del corazón de Dios. Solo algo que salga de Dios puede cambiar los corazones y mentes de nuestros oyentes; nuestras palabras son vanas desprovistas de la guía e iluminación del Espíritu Santo al exponer Su Palabra inspirada.

Eclesiastés 12:11 Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados, las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor.

Predicar expositivamente las Escrituras es algo que nos humilla a los pastores, abate nuestra carne, nos hace más conscientes de la necesidad del auxilio de divino. Nos abruma la responsabilidad, pues es nada menos que la santa Palabra de Dios la que comunicamos ¡y no queremos defraudar a nuestro gran Maestro, Jesucristo!

 

Alejandro Riff