¿HUNAB KU O EL DIOS Y PADRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO?

El método de equivalencia dinámica, al traducir textos sagrados a idiomas de culturas aborígenes, es criticado por su inexactitud y por distorsionar el mensaje original del verdadero Dios de la Biblia. Al emplear términos propios de cada cultura, como Hunab Ku para los mayas, compromete la integridad y autenticidad de las enseñanzas evangélicas fundamentales, alejándose del mensaje central de la fe cristiana.

ANTIBÍBLICO MÉTODO DE TRADUCCIÓN DE EQUIVALENCIA DINÁMICA

Vemos aquí los frutos de este método de traducción «antibíblico» aplicado en la traducción de la Biblia para las culturas aborígenes de América Latina, en especial a la cultura maya. Observemos el siguiente artículo del sitio de las Sociedades Bíblicas Unidas, en donde se comenta cómo la palabra «Dios» (usada en las primeras versiones del Nuevo Testamento en dicha lengua) es suplantada ahora por «Hunab Ku», una divinidad maya, creadora del universo, asociada también como el «Sol».

La Biblia y los pueblos indígenas de América Latina
Edesio Sánchez Cetina

[1] Las culturas a las que pertenecieron los autores de los libros de la Biblia, los traductores castellanos y los traductores indígenas son muy diferentes. Los idiomas reflejan esas realidades; por ello, los traductores necesitan reconocer las diferencias de cosmovisión y cultura para poder hacer traducciones más fieles…

[2] Otro de los problemas en la traducción de conceptos en idiomas indígenas lo ofrecen los nombres divinos. En la mayoría de nuestros pueblos, los españoles impusieron la palabra «Dios» para hablar del Dios de la tradición cristiana. Esta palabra se transliteró de maneras diversas, y es la palabra que se usa para referirse a Dios: «jajal Dios», «Diyu», etc. Sin embargo, esta palabra, por tener un significado cero, no comunica con profundidad la carga conceptual que tienen las palabras indígenas. Más y más en las Sociedades Bíblicas Unidas se está insistiendo en usar palabras ya existentes en los idiomas indígenas. Por ejemplo, en maya, en las dos primeras versiones del Nuevo Testamento, se usó la palabra «Dios», pero ahora, después de mucha deliberación y consulta, se decidió usar el título «Hunab Ku»; conocido y usado en la época en que vinieron los españoles. 1Tomado de: http://www.labibliaweb.com/cienciasbiblicas/ La Biblia y los pueblos indígenas de América Latina Sociedades Bíblicas Unidas

El primer párrafo menciona que, para alcanzar traducciones más fieles, es esencial reconocer la «cultura y cosmovisión» del idioma de destino. Entonces, ¿es apropiado adaptar la Biblia a la cultura existente, especialmente si se trata de una cultura «politeísta» como la maya? ¿Sería más adecuado enseñar a los pueblos originarios el significado de una palabra ausente en su idioma, como «DIOS», o es preferible adaptar el concepto al nombre de una divinidad local? El método de equivalencia dinámica parece respaldar esta adaptación.

Los defensores de esta práctica argumentan que, dado que Hunab Ku era visto como el creador único y los mayas lo concebían como incorpóreo, sin representarlo en ninguna imagen, su adaptación podría ser válida. Sin embargo, surge la pregunta: ¿equivale Hunab Ku al «Único Dios Creador» descrito en el Génesis? Aún más crítico, ¿podría Hunab Ku compararse con el «Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo»?

Es relevante señalar que, de acuerdo con la creencia maya, Hunab Ku tenía un hijo.

Itzamná, Señor del Cielo

Dejando a un lado a Hunab Ku, el creador, quien aparentemente no tuvo un rol destacado en la cotidianidad del pueblo maya, el prominente Itzamná, hijo de Hunab Ku, ocupaba el lugar más elevado dentro del panteón maya. En los códices, Itzamná es ilustrado como un anciano de mandíbulas desdentadas y mejillas hundidas.

Su nombre se compone de dos jeroglíficos: el primero podría ser una representación estilizada de su rostro, mientras que el segundo incluye, como elemento central, el signo del día Ahau. Este signo se interpreta como «rey, emperador, monarca, príncipe o gran señor», subrayando así la importancia y el estatus elevado de Itzamná a través del segundo jeroglífico de su nombre. 2Texto tomado de: Morley, Sylvanus G. La Civilización Maya (Revisada por George W. Brainerd. Fondo de Cultura Económica.)

HUNAB KU, NO ES EL DIOS DE LA BIBLIA, NI EL DIOS Y PADRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Hunab Ku dista de ser el Dios descrito en la Biblia o el Padre celestial de nuestro Señor Jesucristo. Representa, más bien, el linaje divino como padre de Itzamná y se inscribe dentro de las creencias tradicionales de un pueblo específico. Desde esta perspectiva, una cultura originaria se beneficia al encontrar en la Biblia y en el verdadero Dios, no en interpretaciones que se moldeen convenientemente a sus convicciones equivocadas.

Esta situación no guarda «paralelismo» con la experiencia del apóstol Pablo en el Areópago de Atenas (Hechos 17:23), donde proclamó la existencia de un «Dios no conocido» a un público familiarizado con múltiples deidades. Dicho «Dios no conocido» no compartía esencia ni origen con las divinidades griegas de aquel tiempo.

Pablo, al predicar, eligió un «altar desocupado», evitando asociar su mensaje con los altares dedicados a Zeus o Apolo. De forma similar, si en una cultura no existe un concepto análogo a DIOS, se debe aprovechar ese «espacio vacío conceptual» para introducir la noción del verdadero Dios, en lugar de adaptarla a cualquier figura divina local. La comparación no es directa; Hunab Ku no se equipara al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

¿Qué nos dice la Biblia respecto al «Dios y Padre» de Jesucristo?

Romanos 15:6: Para que concordes, a una boca glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Efesios 4:6: Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todas las cosas, y por todas las cosas, y en todos vosotros.

Efesios 5:20: Dando gracias siempre de todo al Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Colosenses 1:3: Damos gracias al Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, siempre orando por vosotros.

1 Tesalonicenses 3:11: Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y el Señor nuestro Jesucristo, encamine nuestro viaje a vosotros.

1 Pedro 1:3: Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos ha regenerado en esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos.

 

Conclusión

La adopción del método de equivalencia dinámica en la traducción de la Biblia plantea un riesgo sustancial de distorsionar el concepto bíblico de Dios, especialmente al intentar sustituirlo con otra deidad. Tal enfoque puede desviar la esencia del mensaje cristiano, alejándolo de la revelación divina central en las Escrituras. Es crucial preservar la fidelidad al texto original, evitando interpretaciones que comprometan la comprensión auténtica de la divinidad y asegurando que el núcleo del cristianismo se mantenga intacto para todas las culturas.

Alejandro Riff