Heb 2:18 Porque en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer á los que son tentados.
Este versículo nos está hablando acerca del Señor Jesucristo.
El es verdadero Dios pero también verdadero hombre.
Este es el misterio de la encarnación, el cual es muy alto para nuestro limitado conocimiento.
Sabemos según Santiago 1:13 que «Dios no puede ser tentado».
¿Como si Jesucristo es Dios puede ser tentado?
La respuesta es: En su humanidad.
La segunda persona de la trinidad, el Hijo eterno, tomó forma de siervo hecho semejante a los hombres (Filipenses 2:7).
El fue en esta condición humana tentado en todo, pero sin pecado.
«…mas tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.» Hebreos 4:15.
El texto nos dice que «padeció». La palabra griega aquí utilizada es «peponthen» que significa «experimentar una sensación dolorosa».
A veces pensamos que los sufrimientos de Cristo solo fueron en la cruz, pero nos olvidamos que como hombre, fue sometido a las tentaciones.
A diferencias de nosotros, que tenemos pecado innato, y que nuestras tentaciones son aparte de externas también internas, las de Cristo solo fueron externas. ¿Porqué? Porque el fue engendrado sin pecado, vivió sin pecado, y en la cruz Dios cargó en El, el pecado de todos nosotros (Isaías 53:6).
¿Como se manifestaron estas tentaciones externas?
Podemos decir que fueron de dos formas:
1) El diablo para hacerle caer (Mateo cp 4)
2) Los demás hombres (Ej Mateo 16:1, Marcos 10:2)
Cada una de esas tentaciones el Señor las soportó y salió victorioso ¡ Pero no nos olvidemos que las sufrió!
Ahora, la Biblia nos dice que El «es poderoso para socorrer a los que son tentados», o sea a nosotros.
Sabemos que Dios es omnipotente y que todo lo puede.
Pero este poder, aparte de su omnipotencia, se basa en su experiencia humana, pués se identificó con nosotros, al estar en la condición de hombre.
Dios no ideó un plan de salvación para los ángeles caídos, pero sí para el hombre.
Por eso tomó la naturaleza humana, y en esa misma naturaleza condenó al pecado (Romanos 8:3).
Como hombres podríamos excusarnos y decirle a Dios que justificamos nuestro pecado y el caer en tentación, porque El está arriba en los cielos y nosotros en la tierra.
El hombre, podría decir que Dios no comprende nuestras tentaciones, porque El está rodeado de serafines, querubines, y ángeles santos, y que nosotros estamos en el fango de pecado de este mundo.
Sin embargo, Cristó vino a este mundo, y sufrió nuestros dolores, y se sometió por puro amor a nuestra condición de hombres.
Esto nos deja sin excusa, y ningún hombre podrá decirle a Dios que no lo comprende, porque DIOS MISMO BAJO A ESTE MUNDO.
¿Quieres ser librado de las tentaciones? En primer lugar dejemos las excusas de lado.
¿Que debo hacer para que Dios me libre de las tentaciones?
La respuesta está en este texto: «es poderoso para socorrer…»
Para que Cristo nos socorra, tenemos que pedirle socorro.
Cualquiera que se está hundiendo en un pantano pediría socorro por su vida.
De la misma manera la tentación nos quiere hundir en el pecado, pero estamos a tiempo siempre de pedir el socorro oportuno.
¿Cuantos creyentes hicieron «naufragio de la fe»? (1 Timoteo 1:19)
Esto no es porque Dios lo abandonó, sino porque no pidieron ayuda a Aquel que es poderoso para socorrer.
Esto no quiere decir que pierdan su salvación, ya que eso no es posible, pero sí significa que perdieron su testimonio cristiano, por caer en un pecado.
Algunos pecados son mas graves que otros, pero en todos Cristo puede socorrernos antes que se cometan.
Solo es cuestión de pedirle ayuda.
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